Mi vida errante

cha cháaaan

viernes, abril 08, 2011

Villahermosa en Primavera

No, me falta mucho de lo que viví en Aguascalientes. Incluso mi navidad en Villahermosa, pero esto merece mención y merece más porque ahorita estoy desocupado.

Ya en diciembre me había cuestionado cómo es que la gente no se vuelve loca viviendo en Villahermosa, bueno, manejando. Los peatones seguro no se vuelven ... no, también tendríamos derecho a volvernos locos.

La ciudad está descuidada. Yo digo que es bonita porque soy de aquí, y porque cuando pienso en lo que hay, pues lo recuerdo bonito. Y de hecho, la ciudad podría ser MUY muy bonita. Corre el río en medio de ella, la gente es simpática, nunca hay frío, los árboles son coloridos, todavía se ve fauna tropical cerca de las casas, hay lagunas, muchos parques muy bonitos (algunos, tristemente, descuidados), Sol, mucho Sol. Cuando llueve, llueve bastante y antes de llover huele a tierra húmeda.

¿El problema? El problema es que a la gente no le importa, y con "la gente" debo señalar en los primeros lugares al NEFASTO gobernador Granier y al presidente municipal en turno. Se me ocurre que Granier fuera de los mismos que tiran la basura en la calle, se cruzan al carril exclusivo del servicio público, se estacionan en doble fila, se cruzan a 10m del semáforo, que además está en verde, se cruzan. Y bueno, con gente así en el gobierno estatal, obviamente el estado se hunde. No dudo que iguales fueran los presidentes municipales.

Y a la demás gente tampoco le importa un rábano. Realmente manejar en mi ciudad es para volverse locos. En otro tiempo yo veía las imágenes del Cairo o de alguna ciudad en India y decía "ffff, ha de ser un desmadre". Hace rato fui al centro y no hay mucha diferencia. Ya dije, la gente se cruza a unos cuantos pasos del semáforo en verde (y no, no son pocos, un montón de gente lo hace) y con carros en movimiento, se meten al carril del transporte público, se paran en salidas transversales, se paran en doble fila en avenidas importantes de 4 carriles pequeños invadidas, de por sí, por gente que se estaciona a ambos lados de ellas, pitan, pitan, pitan como si les pagaran por pitar, tiran basura en las calles, tiran basura en el río, en las lagunas. Salir a manejar en Villahermosa es como salir en uno de esos videojuegos en que uno iba en un carrito y le aparecían malitos por todos lados, o como manejar en medio de una película apocalíptica hollywoodense. Bueno, sí, generalizo, no en toda la ciudad es así, hay partes donde sí se puede manejar sin que vaya a salir un paisa de la nada, pero si no es por una es por otra y es una pesadilla manejar, ya porque hay una infinidad de boquetes en las calles o porque corren los transbuses o porque la gente se cruza de modo temerario o porque nada más manejamos mal.

Volviendo al gobierno, un ejemplo que muestra el Granierato en todo su esplendor es la modernización del transporte público. Las calles de Villahermosa son angostas, todas o casi todas. Era justo modernizarlo, los camiones estaban viejones y feos. No era urgente, pero era buena medida, supongo. Las combis hacían un desmadre, pero funcionaban. Bien, a un brillante asesor se le ocurrió poner camiones grandotes imponentes a recorrer las calles. Sí, ahora los camiones son bonitos y tienen aire acondicionado pero colaboran con la pesadilla del tráfico villahermosino, además que son lentos y tardan en pasar. Y bueno, el rumor es que son de un pariente o amigo del góber (sonido de batería: tu tu tu ps). Pudieron mover a los concesionarios a usar sprinters (unos camiones pequeños, creo que son de Mercedes Benz), y disminuir el número de combis, o no sé, no esa nacada de los transbuses.

Otro ejemplo que podemos llamar "lindo" para el caso, es el del puente "bicentenario". Yo vi la maqueta en el tabasco hoy y pensé "ah, como hacen tonterías". La idea es una especie de puente peatonal con forma de pejelagarto. Está 1/3 bien, 2/3 mal. No he oído a nadie que diga que está bien, creo que soy el más optimista. Está bien porque si les queda bien, se verá bonito. Pero no sé, proyectar un puente peatonal como símbolo de la ciudad o del estado se me hace pobre o jodido. Ponerlo en la parte bonita de la ciudad, además, no hace que se impulse nada ni va a hacer que la ciudad crezca, ni que el parque Tomás Garrido se vea mejor. Hay, creo, otras zonas a mejorar o a adornar. Obviamente, como buena obra del gobierno, costará una millonada y no servirá para un carajo, además que seguramente en unos cuantos años olerá a excreciones urinarias.

No es que yo sea fan del Nefasto Roberto Madrazo, o de Manuel Andrade. Incluso en su momento yo decía que estaban mal, pero al menos parecían echarle ganas. Lo único que hoy a mi gusto puedo decir que no me gusta entre lo que hizo Madrazo fue un paso a desnivel que terminaron clausurando y el hecho de confinar la feria al un parque que (y este es el problema) no sirve para nada más que para albergarla. No recuerdo que Andrade haya hecho gran cosa, pero la ciudad no estaba tan mal, recuerdo la remodelación del malecón y la nueva ciudad deportiva (sí, ahora está medio jodida porque no la mantienen). La magna obra del viejito (Granier) será un puente peatonal. Triste pero cierto. Esto, porque a un año de haber entrado resultó que se inundó la ciudad (sí inundación horrible) y a partir de entonces se la pasó mendigando y diciendo que no hay varo en el estado, y el estado quedó igual o peor, y han pasado casi cuatro años de la catástrofe y sigue usándola como referencia.

Y bueno, a las cosas que mencioné que afean la ciudad, podemos agregarle los costales de arena, viejos, que adornaron (algunos todavía adornan) la ciudad, los muros de contención horribles, por los que se filtra el agua y que refuerzan con dichos costales para que no se filtre mucha (costales que al final terminan usándose como rellenos de más vasos reguladores para que alguno de sus matachines haga un fraccionamiento, ah, sí, y que el gobierno compra a empresas de amigos y parientes del gobernador, según rumores y noticias) y cómo no, el gobernador mismo (él es feísimo, pareciera tener unos 2000 años, como Mum ra).

En fin, si un día tienen chance de venir a Villahermosa, NO manejen. Mejor tomen un taxi. Los taxis, eso sí, son muy muy muy baratos.

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miércoles, diciembre 08, 2010

Maruata

o de cuando fui a Michoacán y, como cuando fui a Monterrey, sobreviví

Poco después de llegar de Vallarta, consideré ir a mi casa para el puente de noviembre (3er lunes de noviembre). Sin embargo, al ver los costos, lo consideré de nuevo, un cuate había dicho que debíamos ir a la playa para ese fin de semana cuando yo aún pensaba en mis terruños y, por ende, lo había dejado en "no sé, quiero ir a mi casa". Otro cuate había dicho que esta playa, por otro lado es muuuuy barata. Después de darle unas vueltas al asunto y ver la cantidad de dinero que necesitaba para ir a Villahermosa, decidí que mejor sí me iba a la playa: ir a Maruata me costaría cuando más la mitad de los costos de los boletos de avión y autobús para ir a Villahermosa. Así pues, decidimos ese fin de semana (13-16 de noviembre de 2010) ir a Maruata, cerca de Tecomán.

Varios se anotaron para el viaje. Al final íbamos un cuate y tres amigos suyos. El día anterior a nuestra partida quedamos que mi cuate pasaría a las 7 de la mañana. Así pues, el viernes me fui al súper a comprar algunas cosas que suponía me harían falta (una pistola de agua, una lámpara y unos goggles) y al llegar a mi casa hice mi maleta y me dormí.

Me desperté temprano el sábado 13. José pasó un poco retrasado, pero temprano. Pasamos a casa del Gordo y luego a casa de un tal Daniel. Íbamos cinco. Paramos en la salida de Guadalajara a comer tortas ahogadas. Sí, lo admito, yo no la pedí con salsa picante, y aún así me enchilé un poco. Seguimos nuestro camino. Paramos seguro en algún baño. La parada obligada era Tecomán. En Tecomán nos surtimos de comida ligera, botanas y bebidas. Los taxis en Tecomán, por cierto, son del mismo color que los de Tabasco (amarillo chillón). También compré un helado en tecomán.

Admito que me dio como un leve miedo cuando cruzamos la frontera de Michoacán. Ahora nos internábamos a un estado con fama de violento. En algún punto cruzamos un retén militar y luego uno de la Marina. En el de la marina me impresioné un poco al ver que pararon a unos policías municipales para revisar.

El último retén estaba muy cerca de la playa.

La Llegada

Bien, las playas están en una comunidad náhuatl, son como pueblos sin ley. Por cada playa hay un pueblo, donde rige la ley de la comunidad. Dos personas por separado nos dijeron (respecto a un robo) que no se nos hiciera raro que un día el tipo amaneciera colgado por ahí.

En fin, atravesamos el límite del gobierno de la República y eventualmente llegamos. Buscamos donde acampar, armamos las tiendas y bueno, lo que se hace en una playa que está en un pueblo donde no hay naaaada: nos sentamos o acostamos a ver el mar.

Creo que después de un rato me metí al mar solo para probarlo, porque me habían dicho que no era muy tranquilo. Efectivamente. La playa estaba bajita, excelente, y las olas eran medio fuertes, normal. La resaca era más fuerte que en otras playas que he conocido.

Cuando cayó la noche fuimos a buscar algo de comer. Sí, la comida hecha en Maruata NO es, definitivamente, nada barata. Lo entiendo de los camarones, que son llevados desde Manzanillo, pero el pescado que sacan ahí, lo venden en alrededor de cien pesos, lo mismo que un restaurante en cualquier parte del país. Esa noche yo cené una hamburguesa de camarones y un agua de naranja.

A la vuelta jugamos dominó y, eventualmente, convencimos al dueño del lugar (don Librado) para que pusiera la pelea de Pacquiao y Margarito.

La Pelea

No puedo decir mucho más de lo que han dicho los medios deportivos. Pacquiao le metió una reputiza al pobre Margarito. Para ser honesto, a pesar de que lo intenté, después del 9 no recuerdo mucho más que a Pacquiao evitando pegarle a Márgaro y a Márgaro hecho pedazos. Creo que eso pasó, pero yo sólo intentaba no dormirme. Al final pasó lo que tenía que pasar, bueno, no, el referee debió detener la pelea.

Una amiga le iba a Margarito, esencialmente porque por alguna razón odia a Pacquiao. XD, una pena que ganara, una pena que Margarito subiera así, no fue rival.

Domingo

Pues como no se podía detener el tiempo, despertamos el domingo. Ni pedo. Yo me levanté hasta que el calor en la casa de campaña era insoportable. Ese día me metí al mar muchas veces, unas cinco, seis, cada que me secaba, prácticamente. Ese día comprobé que los Maruatenses son en extremo ¿flojos? Salí del mar y me puse a buscar un restaurante donde pudiera comprar pescado fresco. Nada, las tres de la tarde y todos los que están en la playa estaban cerrados. Había dos. Uno estaba atascado de gente "iii es que fíjate que hoy no llegó nadie a trabajar, entonces estoy sola y tendrías que esperar mucho" (cabe destacar que el día anterior hubo una boda en el pueblo, entonces todos cerraron todo más temprano y el domingo no muchos trabajaron). Decidí no esperar y me fui con otra señora. Esa señora era una gooooooorda la pobre cuyo hijo bebía una botella de pepsi. Ella me dijo que sí.

-¿Y qué preparan?
-¿Lo que quiera joven?
-Bueno, ¿cómo prepara el pescado?
-Como quiera, usted nos dice.
-¿a la diabla, mantequilla...?
-Usted nos dice.
-Bueno, pues, frito.

Un rato después se paró la señora y decidió empezar a hacer mi comida. Yo tenía un chingo de hambre. Esperé, esperé, esperé, esperé, me dijeron "si quiere vaya y luego se lo llevamos, díganos dónde está" y ps para ese momento aún no sabía que nuestro rentero se llamaba Librado, pretendí darle una descripción, pretendió entenderme, me quedé.

Eventualmente salieron mis pescados fritos con ensalada y papas fritas. Me supieron a gloria esos dos huachinanguitos.

Seguro comí y un rato después me metí al mar. Otro rato después fuimos a caminar. Caminamos por la playa y llegamos a un estero, seguimos y llegamos a otra playa, donde había dos cuevas donde el mar entra por un lado y sale por el otro. Llegamos a un punto donde seguro cuando es temprano uno puede cruzar a la siguiente playa, pero a la hora a la que llegamos (alrededor de las cinco y media) la marea ya estaba digamos riesgosa. El problema principal consistía en que de un lado estaba el mar y del otro un muro de piedras y que el mar a veces llegaba con calma pero en otras seguro podía azotarnos feo con las piedras. Decidimos no ir. Dimos la vuelta y regresamos.

A la vuelta no hicimos mucho, así como no lo hicimos en todo el viaje. :D, acostarse en la hamaca o en la arena, no hay mucha más vida en Maruata. :D Yo fui a escribir un par de correos que sentía necesidad de escribir. Fui al "Dedo de Dios", el ciber del pueblo, lo hice y regresé.

No mucho después fuimos a cenar tacos de carne asada, grasosísimos, y regresamos. Gerardo prendió una fogata.

Jipis

Después de años y años de estudio he llegado a la conclusión de que a los jipis son atraídos por el fuego y que, al verlo, sienten la necesidad de tocar un tambor.

La cuestión es que en cuanto prendió la fogata, se acercaron un jipi y su amiga/novia española y nos dijeron "¿podemos juntarnos en su fogata?", obviamente no hay problema con eso. El jipi se paró y fue a la casa de campaña de los vecinos y pidió un ____ [término jipi para tambor] y regresó contento a tocarlo. Una situación bastante chistosa, sobre todo porque cuando pidió el tamborcito, los dueños le dijeron, ¿la qué? y repitió el término, hasta que uno de los dueños entendió y dijo "ah, el tambor". XD

Y ahí estábamos tres de nosotros, y tres de ellos. Gerardo tuvo la increíble ocurrencia de preguntarle a la chica "¿y estás aquí por trabajo?" cuando a leguas se veía que andaba pasando la vida :P, obviamente la chava dijo que no o "por cosas de la vida". En fin, una fogata muy entretenida, pero en cuanto se empezó a apagar la fogata, también empezó a cesar el tambor, hasta que quedó poco fuego y la banda dijo "bueno, pues ya nos vamos, mucho gusto".

Luego de un rato pretendimos hacer quesadillas. Un fiasco, entre la arena de las tortillas que yo sabiamente puse en el suelo (estaban sí en una bolsa, sí en papel de tortillas, pero no deja de de ser una imprudencia), lo poco que calentaba el fuego, que era suficiente para hacerlas, pero con el viento no duraban naaaaaaaaaaaaada calientes. Nos fuimos a dormir. El Gordo había cumplido su promesa de arreglar la casa donde nos quedábamos José, él y yo.

Lunes, ni pedo

Seguro mi día empezó con un "ni pedo, ya es lunes". Me levanté y caminamos casi todos hacia la casita donde según guardan a las tortugas en un esfuerzo que lleva a cabo la comunidad para apoyarlas. El esfuerzo real es que en la comunidad NADIE anda escarbando en busca de los huevos de las tortugas. El de recolectar las tortuguitas que no se mueven mucho en la mañana, llevárselas al cuidador borracho-pasado que las libera en la tarde ya que son más ágiles, es un extra, supongo. En el camino vimos algunas tortuguitas en su vuelta al mar, con esa tenacidad que las distingue. Ya casi llegan y el mar las devuelve a la playa, hasta que finalmente entran.

Después de la caminata volvimos a quitar las tiendas. Vi un cangrejo ermitaño. Tenía mucho de no ver uno. Pagamos. Rumbo al carro me encontré DOS PESOTES. Los guardé.

Faro de Bucerías

Habíamos acordado ir a Faro al menos un día a conocer. Lo hicimos el lunes. Puedo decir que el pueblo está más desarrollado y que la gente si ve el asunto como un negocio. La playa está bonita, como quiera yo volvería a acampar en Maruata. La arena es menos fina y el mar es mucho más abierto. Profundo y con más olas. Hay que estar al tiro para que no le vaya a pasar nada a uno.

Estuvimos alrededor de tres horas en la playa, y una más o dos en lo que comimos y nos bañamos.

Comí como rey. Pescado a la mantequilla. Buenísimo. Caro, también.

La Vuelta

No hay mucho que decir de la vuelta, sólo paramos a alguno que otro baño, vi una discusión medio fuerte de una doña con la dependiente del oxxo, porque esta no tenía cambio y le dijo a la señora que no tenía cambio y la señora le reviró con "no es mi problema". El oxxo estaba atascado de gente. Dormí buena parte del camino.

Llegué a mi casa cerca de la medianoche, fastidiadón por el viaje, pero muuuuy contento. Playa.

Sí, si mueren de curiosidad respecto al costo de mi viaje, el todo me salió en menos de 1/3 de lo que me hubiera gastado solamente en pasajes de ida y vuelta a Villahermosa.

El día que me case mi esposa deberá saber que me puede tener contento con estar en la playa o cerca. Vaya, si no le gusta viajar podemos vivir cerca de la playa. ja.

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jueves, noviembre 25, 2010

Pa pa pa ¡Monterrey!

Hace alrededor de cuatro semanas fui a Monterrey. La idea era ir el 7 de noviembre, pero por cosas de la vida cambié el paseíto. Bueno, qué más da, se suponía que una banda iría al cervantino el 7, entonces pues se me hizo buena idea ir con ellos. Al final, como ya se sabe, Emmanuel iría y ya era seguro. La gente con que iba a ir cambió su fecha e irían el 30-31 de octubre, fecha en la que yo iría a Monterrey y aprovecharía a ir al Barrio.

Así pues, el 29 en la noche tomé mi autobús con el rumbo dicho. Llegué, una vez más, al hogar del Crack, también llamado Emmanuel.

La llegada

Llegué alrededor de las 7am y llamé al Crack. Me dijo la ruta de la casa de un cuate, donde él y Narváez le rentan a este chavo, que es un pan de dios y que ahora que lo vi, se me hizo simpático. Antes como que por alguna razón del todo no lo pasaba, aún a sabiendas de que es un pan de dios. En fin, llegué a casa del Crack. Creo que no dormimos, platicamos un rato y nos fuimos a ver a Beto, que no hacía mucho había sido operado del tabique nasal. Ahí desayunamos tacos de un puesto de esquina. Sí, no soy fanático de tacos así, pero ps hice la gracia porque tenía tiempo de no verles y, sobre todo, porque tenía un chiiiiiingo de hambre como para ponerme moños. No se me hicieron tan buenos, pero no estaban mal.

Estuvimos un buen rato en casa de Beto platicando, viendo youtube, desayunando los tacos y viendo una película mala en la que aparece Rafael Inclán como un padre de familia mexicano que quiere cruzar la frontera para pasar sus vacaciones en Zacatecas (el tipo vive en EE.UU., sus hijos son ya mexicoamericanos). Malísma, por cierto.

La comida

Quedé con Duarte y Adri de comer en Valle Oriente, así que alrededor de no sé qué hora, medio tarde, salimos de casa de Beto. Más tarde se haría porque el Crack quería llevarse una maleta que estaba en casa de Beto y pasamos a su casa a dejarla y a que el joven, oportunamente, pasara a sellar.

Al fin salimos, pues, y llegamos a Valle Oriente como veinte minutos tarde. Entonces buscamos qué comer. Adri y Duarte comieron en un restaurante donde quien atendía era un inepto. No recuerdo la comida del Crack, pero se la comió toda.

El amargado
Originalmente, yo comería comida italiana. Fue lo que más se me antojó, pero llegué al puesto y le dije a un argentino que estaba ahí le pedí. El tipo, cordialmente, me pidió que le pidiera a otro fulano que estaba ahí. Me pareció bien y lo hice. Me fui más atrás y le pregunté al chavo:

-¿Cuál es la diferencia entre este paquete y este combo?
-Este incluye [cualquiercosa]
-¿Este otro no? (cuando le estaba preguntando y me disponía a pedir, el tipo me igonoró por completo. Se volteó y se puso a hacer otra cosa. Vaya, me dejó hablando solo, cosa que no me pareció agradable, y pues me emputó)
Murmuré un "váyanse al diablo", dejé la charola y me fui. Cuando estaba por irme, la chica que regala muestras de lo que sirven creo que me preguntó ¿qué había pasado? y no recuerdo qué le dije, creo que le dije que nada.

Me fui a comer en un puesto que vende tortas de arrachera y cuyo logo es un globo aerostático. Fui muy feliz.

Después de comer, compramos helado. Dos bolotas de helado. Una de chocolate y una de bombón. La cuestión fue que estaba de oferta, entonces al pagar una bola de helado, recibí otra. Yo tenía, tentativamente y a riesgo de ser pospuesto, un compromiso a las cinco y fracción o seis, no recuerdo. Cuando estaba a un paso de despedirme de Adri, Duarte y el Crack (para verles en la noche), alcanzó a llegarme un mensaje diciendo que no se armaba. Ni pedo, entramos a ver Biutiful.

Biutiful

No soy crítico de cine, y prefiero no serlo. Los críticos de cine son una bola de pomposos amargados que expresan su opinión con palabras rimbombantes. Las películas que he visto y han sido "aclamadas por la crítica" (cine 100% de arte) generalmente tienden a ser aburridonas. En fin, Biutiful, aclamada por unos críticos y odiada por otros, es muy bonita; deprimente, pero bonita. Sí recomendaría que la gente la viera, y si no quieren verla, pero un día les toca en el ADO [o su línea de preferencia], véanla. Chance y los pone tristes, chance y no, pero está bonita.

Barrio Antiguo en 30 de octubre

Pues después del cine fuimos el crack y yo a su casa. Creo que fuimos a buscar abrigos porque la temperatura estaba bajando. En el camino vimos un incidente que caaaaasi nos hace quedarnos. De hecho yo llamé a Javierín para decirle que mejor se quedara en su casa, pero ps ya había salido "y ni modo", ¡vámonos al barrio!

Es triste ver que ya la gente está tan siscada y tienen razones. En el barrio no hubo nada extraño, más allá de los disfraces, o del hecho de que No era un mar de gente como otros años en esas fechas. Vi a los disfrazados del zocalito (era el punto donde más gente circulaba y, por ende, el mejor lugar para ver disfraces), cené en el café iguana. Estuve en el Café iguana un ratototototote. Cuando salimos, y ya cuando estaba por irme con el Crack, decidí que quería pasar al baño. Podía pasar al del antrópolis o al del Mc. Entré al baño del McMullen's Irish bar y con la misma me fui. Pescamos un taxi y llegamos a casa del Crack. Me prestó su cama y una cobija pequeña. Dormimos.

Ese día la pasé bien chido. Quizá pude pasarla mejor, pero soy necio y en ocasiones tiendo a ser dejado: "bueno, si A -> seguro B, no es lo más chido, pero bueno, cada quien y hay que respetar".

Sí, sí felicité a mi hermano.

Para la posteridad: el sábado estábamos en el café Emmanuel, Kluz, Adri, Duarte, Emilia, Javierín, Richi (un cuate de Javierín) y yo.

Domingo 31

Pues yo pretendía acordar, en el compromiso que no tuve el sábado o el sábado en la noche, lo que haría el domingo en la tarde. Bien a bien sabía que en la mañana quería ver a Doña Kluz. Así pues, le dije al Crack que si no quería ir y declinó la oferta. Me fui pues, a tomar el metro en la estación Pedro Ma. Anaya, Kluz pasaría a buscarme en Mitras.

Llegué. Saludé a la señora y platicamos un rato. Estaba su suegra. Un placer conocerla, pese a que no hablé con ella. Me invitó a comer. Comimos. Como ya dije, ya no tenía compromisos en la tarde así que sólo tenía las intenciones y largo rato. Nos pusimos a ver al Verguillas en youtube. Vimos como cinco capítulos. Mientras quedé de ver a Manuel Zamudio. En otra circunstancia, Seguro no hubiera visto una hora y fracción de videos de youtube en casa de Kluz y me hubiera ido más temprano a ver a Manuel, pero bueno. Kluz pasaría a plaza Real y decidí acompañarlo. Fuimos a que comprara un DVD DL y luego me dio un ride cerca de casa de Manuel.

Estuve en casa de Manuel largo rato, hasta que se me hizo que ya me estaba pasando de lanza, porque el tipo no había dormido debido a que tuvo una fiesta y algún invitado hizo destrozos y pues entre que fue la fiesta y no durmió y cuando iba a dormir descubrió ese asunto y estuvo arreglándolo en el día, pues estaba cansado. Un tipazo como siempre.

De buenas, el Crack estaba cenando con Toño, entonces aproveché para saludar a Toño y de paso cenar. Anduvimos largo rato platicando. Otro tipazo. Se supone que iré a su boda el 7 de mayo. :D, da vueltas la vida. El tipo era medio renuente a esos asuntos, pero como que se encontró a una que lo puso a pensar. Cenamos en los tacos de Félix U. Gómez.

Dato curioso que mientras cenábamos pasó un convoy bastante nutrido de policías federales. Lo curioso no fue el convoy, sino que un niño pequeño les decía "adiós" con la mano XD.

Nos fuimos a la casa, platicamos un rato y dormimos. El Crack se iba el lunes a Oaxaca. Yo quedé con el encargo de duplicar la llave.

Lunes 1 de noviembre

¿No trabajaste el lunes?, ¿te dieron el puente? Pues más o menos. Resulta que como nos tocó ir a trabajar un sábado con reposición, tomé ese día para aprovechar y ver un asunto. Esos días hay que tomarlos de inmediato porque si no "se olvidan". Ese día me desperté y fui a Multimedios. Ahí desayunaría con Rommel y aprovecharía a ver un asunto de un cheque que me encontré al llegar a Aguascalientes, un cheque de cuando trabajaba en Multimedios. Chance y me lo pagarían. A la fecha no me han resuelto, pero bueno. Desayuné, pues, con Rommel y saludé a Aníbal. Estuve buen rato platicando con Rommel. Después fue que vi lo del cheque. Pasé a despedirme y me fui al centro.

Al centro fui porque tenía que cobrar mis utilidades de la empresa donde trabajé antes y sacar los duplicados de la llave. Primero saqué los duplicados y luego fui a la empresa, donde la Rh me saludó bien a toda madre y nos pusimos a platicar buen rato. En sí estuve como una hora y fracción en la empresa saludando y platicando con mis excompañeros. Cuando sentí que se me hacía tarde, me fui. Había quedado de comer con el Duro y el Pato. El Pato se cortó, ni pedo. Llegué a tiempo.

Llegué justo a las 2 a comer al Blatt Salad Haus de Junco de la Vega. Estuvimos como hora y media comiendo y platicando de la vida. Un gusto como siempre ver al buen Duro. No sé si para esa hora ya había acordado lo que haría en la tarde-noche o no, pero bueno.

La feria de Fundidora
Después de comer con el Duro pasé una vez más a Multimedios a ver el asunto y me dijeron que nel, que no tenían respuesta en ese momento (y aún no tienen), que dejara un teléfono y ellos se comunicarían. Obviamente no lo hacen y yo tengo que comunicarme, pero bueno, una linda cortesía eso de pedirlo.

Salí a tiempo para llegar a tiempo. Todavía pasé al oxxo que está junto a fundidora a comprar unos bigotes y un agua. Esperar, qué desagradable es.

Esperé un ratote, pues y listo. Nos fuimos a la feriecita de fundidora, donde la pasé bien bien chido. Tenía muchos años de no subirme a juegos mecánicos y jamás de los jamases había jugado en las carreritas de caballos de feria (panel de madera con caballitos que avanzan cuando una pelota cae en un agujero). Es un hecho que el Kamikaze es divertido, lo mismo el Chaos, también subimos a ese juego que es como la Torre Kilaweah, cuya caída tarda poco más o menos el mismo tiempo que yo me tardo en decir "aaaaah, la veeer", la otra sílaba la dije ya que habíamos frenado. También subimos a un juego que "parece molinillo", después de buscar una foto en google, comparto la idea, tiene esa forma. A ese duuuudo volver a subirme. A una tagada (uno en que los pasajeros subimos alrededor de un círculo y este asunto da vueltas. Es muy probable que suba un chalán del animador a baiilar en medio de juego), ese no me gustó mucho porque al final me dolía el cuello.

En fin, el lunes no pude pasarla mejor, bueno, quizá si hubiera sido más tiempo, pero la pasé bien bien chido.

La vuelta

En reputiza me subí a un taxi y fui al hogar del crack a dejarle los dos duplicados que saqué a Rajas. Platiqué un ratito con él en lo que buscaba el flotador de mi cámara, le agradecí y me fui. El taxi estaba abajo esperándome. Llegué con veinte o treinta minutos de anticipación. Todavía tuve chance de cenarme un pastelito y comprar agua para el camino.

Subí al camión y creo que dormí como piedra. Al llegar dormí un rato en mi departamento. Llegué tardísimo al trabajo y bien jodido, pero lo volvería a hacer Indudablemente, para eso somos jóvenes, ¿no?

Al final del camino, ese fin de semana no hubo claroscuros. Cualquiera que hubiera habido fue un punto extraño de falta de comunicación y suposiciones erróneas [y chistosamente iguales] entre los implicados.

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martes, noviembre 09, 2010

Guanajuato

El fin de semana que recién pasó me fui a Guanajuato, al Festival "Internacional" Cervantino. Quizá debiera llamarse Festival Defeño Cervantino, por la cantidad de capitalinos que hay, pero bueno, eso es irrelevante.

Todo comenzó un día cualquiera en que vi que el festival se acercaba y pensé "estoy cerquita". Le comenté al Crack que quería ir, aprovechando mi cercanía y pues me dijo que otros cuates irían no sé qué día. Yo le dije que quería ir para el 31 de octubre y el 7 de noviembre a Monterrey, pero que no sabía: también quería ir a Monterrey el 30/31 de octubre por aquello de los disfraces. Acordamos ir y la banda iría el 7 de noviembre, lo mismo que el Kluz [generalmente pongo su nombre, pero el otro día platicábamos y me decía que, pese a que hay mucha información suya en internet, está esta con su seudónimo], así que podría hacer ambas cosas.

Pasó el tiempo y la banda, por asuntos laborales, no podía ir el 7 de noviembre, así que ellos se fueron el fin de semana del 30 y yo fui a Monterrey. El Crack no podía ir porque iría a ver a su abuela. En fin, me quedé en el hogar del Crack, una vez más, pero eso es irrelevante para este artículo.

Los primeritos días de noviembre medio me puse de acuerdo con Kluz. Él llegaría el viernes en la mañanita y buscaría un techo. Yo llegaría el viernes en la noche o el sábado en la mañana, dependiendo de las corridas de autobús desde aquí.

El miércoles o jueves, no recuerdo, me fui a la terminal a comprar mi pasaje. Lo compré para el viernes 5 a las 1930, de modo que llegaría a las 2230.

La Llegada

Llegué a las 2230 del viernes 5 de octubre a Guanajuato y tomé un camión rumbo al centro. Me bajé en el mercado, donde se bajó la inmensa mayoría de los pasajeros. Llamé a Kluz y acordamos que él llegaría ahí, que estaba cerca.

Llegó y nos fuimos a dejar mis cosas a casa de la señora donde nos hospedamos.

Después de dejar mis maletas, bajamos a rondar por la ciudad. Fuimos a los callejones, los túneles y al Pípila. Desencanto el enterarme de que los túneles datan de 1950-60 y no de la época colonial, ni siquiera porfirista, pero bueno, como quiera están chidos.

Después de ese paseo fuimos a dormir. Se hospedaban en ese mismo cuarto otras seis personas, que cambiaron con los días: un joven del DF se fue el sábado en la mañana, mientras que una pareja fue exiliada de la habitación por la señora. Supuestamente a nosotros sería a quienes nos desterrarían, pero ps no. Nuestras colchonetas y bolsas de dormir permanecían en el mismo lugar cuando regresamos del paseo del sábado.

Sábado

El sábado despertamos y nos fuimos a comer, ya era relativamente tarde. Volvimos a rondar por la ciudad. Fuimos a ver la universidad, a comer a un mercado insalubre, vimos a una banda tocar un rato, fuimos al mercado de "hippies" (las comillas son porque es en realidad un centro comercial cualquiera de abrigos y artículos chinos. Con los puesteros compré una cuerda. Como la temperatura estaba bajando, fuimos a buscar más ropa. No, no andábamos en trusa, pero a mi combo de térmico y chamarra le agregué el pantalón térmico y un suéter. En el camino vimos un espectáculo de "danza vertical", compré un elote, me lo comí y luego compré algo que puedo llamar una nacada: un churrito salado gigante enrollado, de modo que se detiene como una torta, le echan salsa y limón y se come, estaba buena la nacada. Llegamos a la casa de la señora, nos bañamos y salimos de nuevo, con rumbo a la Alhóndiga. El espectáculo de la Alhóndiga no estaba interesante, así que a rondar de nuevo por la ciudad a buscar alguno mejor en lo que era la hora para empezar a caminar hacia el parque de las ranas (Plaza de las Ranas). Comimos un tamal dulce en el camino al parque de las ranas.

En el parque vimos un espectáculo bien divertido. Una especie de obra de teatro en que no había un escenario, sino que los actores interactuaban en el mismo espacio donde estaba la gente; a veces se cruzaban entre la gente y en otras movían unas carretotas. Valió la pena. Al final del espectáculo apareció Néstor, pero sólo nos acompañó al centro de vuelta porque tenía que ir a León y estar fresco en la mañanita en León y listo para tocar. Nosotros fuimos a un bar, donde apareció un estudiante de periodismo de la UNAM, pedísimo, pero muy simpático. Un tal Argenis. Anduvimos platicando con él, hasta que llegó un cuate suyo y se fue porque a su banda no la dejaron entrar. Nos fuimos a otro bar, uno de dos pisos. Ahí estuvimos otro rato y nos fuimos a la casa de la doña a dormir. En el camino vi a un don vestido de don Quijote, con quien me tomé una foto. Como se veía amolado el señor, y de hecho pedía varo por tomarse la foto con él, puedo decir que se veía más quijotesco que los dos quijotes que vi al día siguiente: uno traía una máscara de don Quijote, y el otro traía un traje muy bonito y se veía entero, el don con que me tomé la foto se veía más golpeado por la vida y la delgadez de su cara, y su barba eran reales.

Domingo

Despertamos y decidimos hacer como el día anterior: no bañarnos en ese momento, sino regresar en la tarde a bañarnos, esto porque había muchos huéspedes, entonces había que esperar mucho. Salimos a desayunar con nuestras coterráneas (las defeñas con quienes compartimos la habitación) a un restaurante bien chido, ellas nos lo habían recomendado por unas enchiladas de natas. Pedí unas enchiladas de nata y un chocolate caliente. Después de eso ellas jalaron para el museo de las momias y nosotros para el Museo Iconográfico del Quijote

Museos

El museo iconográfico está bonito, está lleno de pinturas sobre el Quijote. También hay esculturas bonitas y esculturas "contemporáneas" de esas que hacen ver que cualquier objeto inanimado y amorfo se puede convertir en un personaje. ¿Qué quiero decir con eso? Bueno, basta con que a un huevo le pongamos un palito con punta para decir que ese huevo es una escultura de don Quijote. Así se me hicieron tres esculturas.

Saliendo de ahí surgió el "y ahora qué", sin pensarlo mucho, dije "ps vamos a ver a las momias, ¿no?" porque "yo voy a llegar de Guanajuato y la gente me va a decir '¿y viste las momias?' y yo voy a decir que no". Vaya, ir a Guanajuato y no ir a las momias, que es de las cosas más representativas y conocidas de la ciudad, es como ir a Monterrey y no ir a la macroplaza (iba a usar un ejemplo villahermosino, pero siendo realistas, nadie que no sea sureño tiene idea de lo que hay ahí).

Caminamos hacia el museo de las momias y, pese a que hicimos una fila de una hora para un recorrido de 40 minutos, lo valió. Ver cuerpos exhumados es un poco raro. Llegué a la conclusión de que no quiero que me entierren en el panteón de santa Paula, porque el museo sigue nutriéndose. Realmente no son momias, pues no pasan un proceso de embalsamamiento, sólo son cuerpos exhumados.

Terminamos el recorrido, tomé unas fotos y nos fuimos de vuelta a comer y a buscar las cosas para irnos.

Comimos en un café al pie del callejón donde estaba la casa. Spaghetti y chocolate. Salimos ya medio apresurados, sólo revisamos nuestras cosas, nos abrigamos y nos fuimos, no, ya no nos bañamos. Bajamos al centro y tomamos el camión que iba a la terminal. Se hizo doce minutotes, así que llegamos bien a tiempo.

Yo me formé para canjear mi boleto abierto, pero la señora de la taquilla me dijo que no me podía canjear ese boleto, que tenía que haber ido un día antes. Se me hizo ridículo porque pierde buena parte del sentido de un boleto abierto, pero bueno. Compré el pasaje del camión "metropolitano" [vaya, realmente el error fue mío, pude no haber comprado el boleto Gto-León en absoluto y lo hubiera hecho de haber sabido de la existencia de los camiones metropolitanos]. Cada quien subió a su camión.

Llegué a León y ahí sí me canjearon mi boleto León-Ags, pese a que también tenía la restricción de 24 hrs marcada en el boleto. Aunque había un camión que saldría en cinco minutos, preferí esperar al siguiente, que saldría como media hora después, bajo la idea de que así podía irme tranquilo: si me daban el boleto de diez minutos, no podría ir al baño si quería, ni comprar agua, ni ... lo que sea, pues.

A las 2230 salió mi autobús.

La Vuelta

Realmente Primera Plus es una excelente línea. Sólo tengo una queja.

Decía pues, que salimos a las 2230 y fiel a mi costumbre (mala) de ver cualquier cosa que pongan en el autobús me puse a ver la película de "Tooth Fairy". Estaba yo bien entretenido viendo la película cuando repentinamente a las 12 de la noche la cortaron. Estaba a punto de acabar. Y no sólo eso, de plano apagaron los aparatitos del sonido, de modo que no podía oír música. Me sirvió para dormir, como quiera.

Me despertó el conductor cuando ya todos se habían bajado. Cuando bajé, el equipajero estaba en la puerta del autobús esperándome con mi maleta. La tomé y me fui.

Buen viaje :D. Algún día debo volver a Guanajuato.

Y sí, cuando llegué a mi casa no podía faltar algo que hiciera del fin de semana un claroscuro, pero ps sigue amaneciendo.

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lunes, noviembre 08, 2010

Rodrigo y EL CUARTO DE SIGLO

Pues qué cosas que vengo a pretender anotar mi cumpleaños cinco meses y medio después. Curioso, ¿no? Pero bueno, cayó en martes en esta ocasión. Como llevaba muy poco en Aguas, decidí irme a Monterrey para el fin de semana que lo sucediera.

El martes, el mero día, transcurrió normal. En la noche salí a un billar en primer anillo, cerca de soriana, con unos amigos. Lo admito, me da mucha pena no llamar a gabi ni a pati en tanto tiempo, pero bueno, da lo mismo. Ese día le dije a Gabi, al Vecino Iván, a mi jefe, a Abraham y a Kato.

Saliendo, destapé un whiskey y me tomé una más con el vecino, ya en la casa. Un rato y a dormir.

Monterrey

El viernes 29 me fui a Monterrey, por lo mismo no fui al bautizo de la hija de un amigo, pero bueno, ¡era mi cumpleaños! XD y ya lo tenía pensado desde mucho antes. Llegué el sábado en la mañanitititita. Me quedaría con el Crack. Quizá haya sido una de las mejores mañanas que haya pasado en mucho tiempo. Fui a desayunar con una amor-platónico (jodido, ahora es más platónico que entonces), que me fue a buscar a la terminal, como siempre tarde, pero la neta ese día no contaba, eran las 6 am, y creo que en general no contó, porque la espera valía. En fin, eventualmente se nos acabó la pila cerca del paseo Santa Lucía y cada quien a su rumbo.

Después de ir a Pino Suárez, me fui al depto del Crack, en fundidora. Llegué, platicamos un rato y a dormir. Al despertar llamé a ver dónde podía ir a comer. Vería a mucha gente ese día y llegó mucha gente. Recuerdo que me dio muchísimo gusto ver a todos ellos, aunque no recuerdo todos los que fueron. Saliendo recuerdo que fui al SMart a dejar un recuerdo y luego me fui a ver al Sr. Zamudio. Tenía que felicitarlo porque se acababa de graduar. Estaban mudándose los Zamudio. Estuve un rato y me fui. Creo que de vuelta a casa del Crack. Creo que dormí un ratito más y vi "The Office".

Desperté y no mucho después nos fuimos al Tour. Café iguana, cenamos, estuvimos un rato, vi a muchas otras personas que no vi en la comida, y después, creo, fuimos un ratito al Mc.

Al día siguiente desayunaríamos lengua con Toño. De hecho, dejamos la lengua cociendo en casa del Crack.

Nos despertamos temprano, y no mucho después llegaron Toño y Beto. Listo, A tragar tacos de lengua. Buenísimos. No recuerdo si ese día comí o no. Probablemente no, porque recuerdo que ya nada más me fui al parque fundidora y a un chilis que está en frente a cenar y apagar un pastel.

Las velas, las jodidas velas.

Y bueno, claroscuros. Como sea, ¡Gracias!

La pasé bien bien chido, pese a que no rebosaba alegría en el camión de la vuelta y llegué hecho pedazos al trabajo por el cansancio.

Y bueno, si alguien de aquellos que fueron lee esto, MUCHAS GRACIAS POR ACUDIR a cualquiera de los dos lugares en que festejé. A veces no soy muy expresivo, ni muy zalamero, pero es un hecho que a cualquiera que le dije le dije porque le aprecio mucho, pese a que no coincidamos tanto.

Lo volvería a hacer. De hecho lo volví a hacer, pero eso lo anoto mañana junto al paseo de Guanajuato.

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Dolores, Nuevo y Puerto Vallarta

Bueno, ya tiene un chingo de eso: casi se cumplen dos meses desde que fuimos. Todo comenzó un día aleatorio. Yo quería irme para el grito del bicentenario a Dolores o a algún lugar de Guanajuato, un amigo quería irse a la playa. "Mira, si pasamos a Dolores, chido, me basta y nos vamos a la playa". Creo que ese era mi pensamiento. Mi cuate dijo que a Nuevo Vallarta y en un hotel todo incluído. A mí y a otros cuates. Al final sólo fuimos tres.

Pagamos con un mes más o menos de anticipación en la agencia de viajes. De eso sí tengo las fotos.

Pedí un día de vacaciones por adelantado. El día que cumpla un año en la empresa, pues tendré un día menos, pero lo valió: el viernes 17.

Salimos pues el 15 de septiembre con rumbo a Dolores Hidalgo Cuna de la Independencia Nacional, Guanajuato. Llegamos un rato después, unas tres horas.

Dolores

Ya antes de irnos estábamos con la decepción de que al presidente se le ocurrió dar el grito a las 7 de la mañana y para entonces ya nos habríamos ido. Como quiera confiábamos en que al menos el presidente municipal saliera a gritar. No, nada más equivocado. Al llegar vimos que había una pantalla gigante transmitiendo el grito desde el Zócalo del D.F. Como quiera hicimos lo posible por pasarla entretenidos en opinar sobre el asunto y sobre las impertinencias de la gente. Imprudente, creo, llevar a una anciana en silla de ruedas a tal amontonamiento.

En fin, después de ver el grito por tv y ver un rato a la Sonora Santanera, nos salimos. Chance y regresábamos al rato a ver al recodo un ratito. Cenamos, caminamos un rato, tomamos fotos con mi cámara roja y nueva, y luego pretendimos volver al corral (las calles estaban valladas, había sólo algunas entradas y con detectores de metales), pero ya sólo había una entrada, hacía frío y la fila estaba larguísima. Regresamos al carro y nos dormimos de las 4 a las 6.

Cuando despertamos (yo primero no desperté del todo y me cuando me pasaba para atrás del carro casi me voy de boca XD), mi amigo arrancó y salimos con rumbo a Vallarta. Yo estuve despierto un rato, pero eventualmente me dormí. Cruzando San Juan de los Lagos.

-Bueno, yo creo que sí me voy a dormir un rato porque no aguanto.
-No mames, llevas dos horas dormido.
-Es probable.

Y sí, llevaba ya dos horas dormido pero para mí fue un pestañeo. Poco más adelante me volví a dormir. Desperté ya entrados en Guadalajara.

Después de un rato relativamente corto de carretera entre Dolores y la Sierra de Jalisco, el camino (serrano) se tornó lleno de curvas, camiones, etc en una carretera de dos carriles. Tediosón.

Nuevo/Puerto Vallarta

Llegamos media hora antes de la entrada al cuarto al hotel. Quedamos registrados a la hora exacta o poquito antes. Fuimos a comer para aprovechar el paquete. Eran las 3 de la tarde. Ese día sólo fuimos a caminar muchos kilómetros (alrededor de cinco km de ida y pues la vuelta de otros cinco) por la playa. Tomé varias fotos, algunas a esos pájaros chistosos que huyen del mar cuando llegan las olas y luego corren hacia él para alcanzar a comer animalitos que trae el mar mismo.

La idea era ver cómo estaba el turismo y llegar a no sé qué hotel. Después de una hora y un ratote de caminata llegamos a un estero: el hotel al que pretendíamos ir requería que lo cruzáramos y pues no. Descansamos un rato y regresamos.

A la vuelta al hotel creo que sólo nos metimos a la alberca. Un rato después cenamos, nos bañamos y nos fuimos a Puerto Vallarta. Tras caminar un rato por el malecón, entramos a La Vaquita, un bar bastante chido. Regresamos al hotel alrededor de las 6 y pretendimos seguir despiertos hasta las 7, hora en que inicia el desayuno. Ninguno la armó.

El viernes (sí, en Dolores sólo estuvimos la noche del 15) despertamos y ya no alcanzamos el desayuno. Nos tuvimos que esperar a la comida del bar de botanas, que abría a las doce. Esperamos como una hora y pues ya, comimos

Ese día fue que decidí ponerme el traje de baño negro en lugar del verde. Bajamos dos a la playa a buscar al de los kayaks. No pasó mucho antes de que perdiera la cámara y no pasó mucho entre ese evento y que nos pusiéramos a hacer otra cosa: para ser honestos, no la iba a encontrar.

Después del kayak y el bodyboarding, actividad que me escaldó los pezones (y no lo valió tanto, porque no había muchas olas), fuimos un rato a la alberca.

Ese día entramos a otro bar, estuvimos un ratito y nos fuimos a la Vaquita. Regresamos alrededor de las 6 nuevamente. Llegando nuevamente hicimos el intento de alcanzar el desayuno, pero de nuevo no la hicimos. Sin embargo, nos despertamos a tiempo para ir y regresar a dormir, creo. Luego bajamos a la playa y creo que un rato a la alberca. Cuando dejaron de prestar los body boards.

Más tarde pasamos a una placita en Nuevo Vallarta. Regresamos a cenar y creo que alguno no se había bañado y ahora sí, nos fuimos a Puerto Vallarta, sí, a la Vaquita para no fallarle.

Ese día ya no hicimos por quedarnos despiertos, porque habíamos preguntado y resultó que el desayuno cerraba a las 11. El domingo tuvimos chance de desayunar, ir un rato a la playa sólo a ver el mar y nos fuimos.

Buenísimo. Y como parece ser en todo, algún claroscuro por alguna idiotez, generalmente mía, pero bueno, no pasa nada, sólo debo ser más cuidadoso.

La Vuelta

En la vuelta sí me quedé jetón un ratotototototote y sin pensarle. Me desperté cuando ya estábamos en la sierra y la temperatura había bajado un poco. Tenían puesta la canción de "Tabaco y Chanel", y así como a uno de mis cuates le evocaba una situación que no le había pasado antes, a mí me evocaba una situación que me pasaría cuando me fui de Monterrey en marzo. Mucha nostalgia.

Después de despertar creo que ya no dormí mucho más, pero no puedo asegurar nada, porque recuerdo que desperté en Guadalajara. Es probable que recuerde mal y haya sido entre Vallarta y Guadalajara que me dormí en el trayecto San Juan-Guadalajara.

En fin, comimos ya medio tarde en una plaza en Guadalajara y al final llegué alrededor de la medianoche a mi casa.

Reitero, Viajezote.

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viernes, octubre 08, 2010

La Cámara

Pues ya contaré a detalle mi paseo por Nuevo y Puerto Vallarta, pero de mientras haré caso de lo que dijo mi amigo Arturo y contaré cómo perdí mi cámara que tenía 20 días. Y lo escribiré tal y como lo he contado.

Antecedentes

Decidí comprar una cámara no muy cara contra agua. Después de leer algo y verlas y reflexionar estaba entre esta de GE y esta samsung. Me decidí por la Samsung. Mi hermana la compró en Amazon y cuando la fui a ver me la dio alrededor del 1 de septiembre.

Sí, la perdí

¡Cómo! Pues sí, chavos, cuando uno la va a cagar, uno va haciendo lo necesario, inconscientemente, para cagarla.

1. Compré una cámara samsung AQ100 roja en amazon, bueno, la compró mi hermana y yo se la pagué cuando fui a Houston.
2. El fin de semana del 17 de septiembre me fui a Vallarta con unos cuates.
3. Llevaba dos trajes de baño, uno negro y uno verde.
4. El primer día usé el traje de baño negro.
5. El traje negro no tiene bolsas.
6. El segundo día usar el mismo traje negro porque ya lo había usado el día anterior. 7. Algo dentro de mí me decía que usara el verde, que tiene bolsas. Me rebatí a mí mismo: lleva la mochila.
8. El plan era subirnos a un kayak.
9. Bajé con mi traje sin bolsas y la mochila.
10. el cuidador me dijo ¿para qué la llevas? (la mochila), yo vacilé y al final decidí no llevarla, olvidando la razón original.
11. Cuando iba a comprar la cámara pretendía comprar una cangurera, pero ya saben cómo es la desidia.
12. Me subí al kayak sin los goggles.
13. Pasé el límite donde las olas rompen.
14. Como la cámara me estorbaba para remar, me la quité del antebrazo. FATAL ERROR: la puse entre mis piernas, en un espacio donde no estorbaba ni yo la golpeaba.
15. FATAL ERROR: Como mi cuate no avanzaba, regresé un poco para decirle algo, cruzando de nuevo el límite donde las olas rompen.
16. Vino una ola y me volteó.
17. El mar estaba revuelto.
18. Le pedí mis goggles a mi cuate.
19. Fue por ellos y me los aventó.
20. Los goggles cayeron en medio de los dos, como a 5m de cada uno.
21. Me quité de donde estaba para ir por los goggles, que irremediablemente se hundieron en lo que yo llegaba.
22. Perdí la cámara Y los goggles.

YEA.

Un agradecimiento a Arturo, que guardó la conversación donde enumeré los hechos, porque me ahorró volver a hacerlo desde cero. XD

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La Visa

Vaya, realmente no fueron vacaciones, ni mi paseo por Houston lo fue, pero la pasé bien y al final quizá salir de la ciudad funciona como "vacación".

La Visa

Y que me van diciendo "deberías sacar tu visa para ir a Texas en no mucho tiempo" y que voy haciendo mi cita y que voy yendo a Guadalajara, que tiene sangre de provinciana, el 4 de julio de 2010. :D

Fue ese un fin de semana agradable. Estaba el mundial. Mi fecha de visa era en viernes :D. El jueves, pues, tomé un autobús a Guadalajara y, al llegar, un taxi que me llevó al hostal en donde me quedaría. Está a una o dos cuadras del consulado. Para que no me fuera a quedar dormido por culpa del compañero de habitación, decidí pedir cuarto individual.

El viernes me desperté tempranito y acudí al consulado. Hice una fila de cuadra y media, primero. Llegué a las 7:50 a formarme. No recuerdo a qué hora pasé, pero al pasar a la oficina hice otra fila. Me tomaron una foto después de un rato y luego esperé otro turno.

Mientras esperaba, pensé "ojalá me toque con ese negrito, se ve rebuenagente" y sí, me tocó con él y era rebuenagente. Que bueno, en general como que los afroamericanos son amigables, según noté en Texas. Yo pensé que me preguntaría más por mi hermana, pero no. Luego luego que le dije que era ingeniero de software y que la empresa trabajaba para Instrumentos del estado de la estrella solitaria, no me preguntó mucho más. Se tensó un poco la entrevista cuando me dijo que me la entregaban en x tiempo si la pedía por multipack, pues supuestamente yo la necesitaba para dos semanas después. Hubiera estado chido que me la dieran en el momento, pero como bien me dijo, "puede salir hoy como puede salir el martes". Al final demoró como tres semanas y no fui aquella semana a Texas.

Salí como a las 9 y media de ahí. Fui al hostal y vi el Holanda-Brasil, que ganó Holanda. La tele se veía refeo y cada cinco minutos decía "ahorita bajo al desayuno", pero el partido estaba muy entretenido. Acabando, fui a desayunar a un restaurantito que está al lado del hostal. Pedí un ommelette y una malteada. Regresé al hostal y me quedé dormido, no sin antes felicitar a Pichulfito, que cumplía 25 añotes. Al despertar bajé y pagué y me fui a caminar. Caminé bastante y más se siente con la mochila. No vi muchas cosas. Vi el templo expiatorio, un parquecito, el zócalo de la ciudad y la catedral y luego me subí a un tranvía (había uno con un recorrido más chido, pero no lo tomé por la hora, pues quería regresar el mismo viernes). Lo destacable del tranvía fue que nos llevó a ver la Minerva y nos explicó unas cosas de ciertos edificios de la ciudad, de los que sólo recuerdo el caso del edificio de Telmex. Después del recorrido caminé un poco por el centro y comí en una pizzería horrible. Recuerdo que buscaba una pizzería de las que dan una rebanada y un refresco, o comida corrida o en sí lo que se me antojara, pero no vi muchos restaurantes, más que de comida china y tortas (no ahogadas). Comí, pregunté por el camión que me llevaría a la terminal, que pasaba en el palacio municipal y me fui. Llegué a la terminal y luego a Aguascalientesn. Llegando a Aguas fui al bar siete, pero ya sólo alcancé a la gente para cenar.

La Visa

Y la visa llegó tres semanotas después pero por diez añotes. :D

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viernes, mayo 14, 2010

Se Nos Casó el Kart

Pues de esto no había hablado por lo mismo de que por el tiempo y eso, pero bueno, también porque ps igual y alguno que otro decía "ay, es que a mí no me invitó". Todavía recuerdo que cuando llegué, dije "NO mames, eso lo tengo que escribir", pero ps no lo hice, evidentemente.

En fin, fue el 10 de abril. Fin de semana laaaaargo, pero bien chido. Salí del trabajo, no recuerdo a qué hora era mi boleto. Según la página de estrella blanca, a las 1945. Era un Chihuahuense. Yo me había preparado dos sándwiches para el largo trayecto, y compré un agua. Me dieron Otro sándwich al subirme al camión. Están chidos, porque son baratos y muuuuy cómodos. Cuando llegas al ADO o al AU, es donde piensas "mierda, aquí los autobuses son 'caros'". En fin, tenía tres sándwiches y los tres me los tragué en el camino: uno en la noche, uno en la madrugada y creo que uno de desayuno.

Antes de seguir, debo recordar que yo tenía mis boletos de avión comprados hacía un chingo de tiempo, desde Monterrey. Uno de los boletos lo perdí, el de ida. Del otro cambié el itinerario: Veracruz-Guadalajara. Estuvo bien, porque vería a mi papá un rato. El boleto de ida estaba perdido, pero para el de vuelta busqué opciones. No se me ocurrió la opción más absurda, pero que resultaba buena: no cambiarlo y tomar un camión desde Monterrey. La consideré hasta que un día que Manuel Muradás me la dijo de broma. En fin, si hubiera ido a Monterrey, chance y no paso al Puerto, así que fue buena opción, además que no hubiera ido a Guadalajara y, por ende, no hubiera conocido Tonalá.

Siguiendo pues, llegando a casa de Luis Medina, su mamá me invitó a desayunar (sí, otra vez) y ps eran tacos de "Doña Güicha", porque Luis le dijo que me gustaban. Detallazo. Desayunamos, me bañé "deberías decirle que vienes más seguido, vieras lo rápido que se metió a bañar, no que cuando vamos a salir, no se mete", me vestí y nos fuimos a la iglesia de La Concordia. Llegamos a las 1120 y la misa era a las 12. Nos dio tiempo de tontear un rato en el parque, platicar con Kart, que llegó temprano y, oportuno como siempre, me dieron ganas de poner a San Antonio de cabeza. Como eran ganas asesinas, decidí preguntar. No había nada abierto, una tienda donde no nos atendían. Vi una taquería y fui para allá. "No está el dueño, pero úselo".

Hecho el depósito, vimos a Kart y platicamos con él. "La novia se veía hermosa", ya saben, eso es lo que uno debe decir. A mi gusto se veía como siempre, pero más arreglada. La misa, contra todo lo que puedan suponer, me gustó. El padre habló muy bonito y aunque parezca que es mi mamá la que habla por mí, el tipo lo hizo. Como que el tipo no tapaba el Sol con un dedo, además que se me hace chido cuando un sacerdote se sale de la biblia y saca citas de otros autores. En la misa nos sentamos Luis, Manuel (Ruiz), Rosy (la chica de Manuel) y yo.

Al acabar la misa, nos tomamos las fotos, etc.

Ojo con la Invitación

Ya que nos íbamos, le pedí a René que abriera la cajuela del Sandramóvil, donde me habían guardado el regalo (una bonita playera con un certificado de regalos). No vi la invitación.

Sí, regresé a la taquería y tomé la invitación de arriba del excusado.

Nos fuimos con Manuel a la recepción, que fue en una quinta en Ixtaczoquitlán.

La Fiesta

Pues resulta que llegando había unos bocadillos. Recuerdo unos de camarón con no sé qué. Sabían bien chidos. Comí de eso y una charolita de panecillos. Eran alrededor de las 2 de la tarde.

No mucho después de llegar, me subí a una resbaladilla inflable. Había eso y un colchón para brincar. Nahaat me dijo que me subiera por la cuerda, en lugar de usar los peldaños de la resbaladilla, pero ps no pude "Yo me subí por ahí".

Todo el ratote que estuve la pasé con Luis y con Manuel. Había etiqueta roja y bohemias plateadas. Estuve alternando entre eso y Jamaica :D. "Bailé" con Sandra:

-Hoil, ¿por qué no bailas?
-No mames, no hay con quien. No voy a bailar con Luis.
-Baila conmigo.
-Bueno
-Kurt, ¿viste la cara que puso?

Participé en todas las actividades. Se me hizo bien mamón que otros vatos no fueran a cargar a Kurt (sobre todo porque pesa un chingo y éramos como seis u ocho), o a detenerlo en el juego de la silla, en el que yo no sabía que tratarían de tumbarme. Me di un tirón en el hombro.

Nos dieron una madre llamada "Perla Negra" que sabe a jarabe. La comida estuvo chingona y nos dieron chance de probar los dos guisados. Eso estuvo chingón, por cierto. Se me hizo muy práctico. Mesa de postres, a probar de todo o casi todo lo que había XD.

Me volví a tirar de la resbaladilla más tarde. Ah, sí, saliendo de la iglesia descubrí que a mi camisa se le había caído el botón y me molestó, porque era nueva y porque no está chido que no me haya fijado que tenía el botón flojo a la hora de comprarla. Si a una playera de veinte pesos le hubiera pasado, ni me quejo.

Doña Kurt (Ana María Badelt) no se acordaba de mí, por cierto :(. Cuando llegamos la vi en los bocadillos:

-Señora, ¿se acuerda de mí? (al ver su cara) Rodrigo Morales
-Ah, sí, ¿del tec?
-Sí
-Ah, sí me acordaba.

Simón. Ja. Tan guapo que soy para que no se acuerde. Además, creo que fui el único de la carrera que durmió en su mueble. Pero bueno, buena gente doña Ana María. Tengo la impresión de que de joven fue muy guapa.

Creo que es el día de mi vida en que "he tomado más". Las comillas son porque ps sí, fueron como seis "medidas", pero en 12 horas que duró la fiesta.

Al final, Kart dio el bajón. Dejó de hablar. Chistoso ese muchacho. Luis y yo nos fuimos como a la una a Córdoba. Un taxi al Jot. Nadie mantiene el último celular que me dieron :(, así que sólo fuimos Luis y yo.

El Jot es más grande y más bonito, pero más fresa, ya no es lo que era. :( Como quiera la pasé bien el ratito que anduvimos. Regresamos a casa de Luis. Dormimos.

¿Otra gracia?

El sábado decidí no decirle a la mamá de Luis que me imprimiera el pase de abordar, me parecía un abuso (Luis no tiene impresora en su casa, entonces debía hacerlo en el ciber que tienen). En la mañana, Luis me dijo que si lo imprimíamos, y yo le dije "nel, ya lo hago en Veracruz". En Veracruz no pude porque "hay que imprimirlo cuatro horas antes de que llegue el avión" (que es una patraña, porque el avión llegó un poco tarde, en tiempo sí rendía las cuatro horas reales respecto a la hora a la que llegó el avión). Como no tenía pase de abordar, tuve que pagar como trescientos pesos :(

A Veracruz

Como decía, dormimos y en la mañana la señora nos preparó huevos. Desayunamos y me fui. Un gustazo. Compré el boleto a las 1040 (u 1140, no recuerdo). Estuve como una hora en la terminal esperando (Sí, de haber sabido, me hubiera ido a imprimir el pase). Salí para el puerto. Dormí gran parte del camino. Llegué a casa de mi papá, ahí anduve un rato solo, luego platiqué un rato con Ángeles, mi papá me preguntó si quería desayunar (¿otra vez y a las doce y media? Bueno) y como no sabía a qué hora comería de nuevo, accedí. Huevos con chorizo.

Un rato en la casa y vámonos. Llegamos al aeropuerto. En esta ocasión pedí explícitamente que no me tomaran foto ahí, o al abordar, se me hace ridiculón. Hice fila, pagué mi gracia, subí al avión y llegué a Guadalajara.

Guadalajara

Sí, los nativos se me hicieron poco hospitalarios, dos o tres me mandaron al diablo cuando les pedí señas. Finalmente, una señora nos indicó (a mí y a otro que estaba perdidón) donde tomar el camioncito que nos llevaría a la otra terminal del aeropuerto. Que por cierto, tuve que pagar otros veinte pesos porque no encontré mi reservación del camión y a la postre traía creo en la mochila (la vi en la casa una semana después).

Alguien tuvo la ocurrencia de poner la central camionera de Guadalajara en medio de la nada, así pues, ir al centro cuesta 150 pesos. El taxista que me atendió era jotito. Me explicó que la catedral y el palacio no están juntos, etc y que podía llevarme a Tonalá por 100 pesos, la terminal está en la carretera a Tonalá.

Tonalá

Como era más barato y más cercano ir a Tonalá, decidí ir para allá. El pueblo es bonito. Los fines de semana, al parecer, se ponen puestos a vender cosas, a tirar al blanco, a tirar dardos. Jamás había tirado dardos, pero por cinco pesos hice el intento. Me GANÉ una paleta de dulce y una bolsita de sopa. En el tiro al blanco los rifles eran del año del caldo, pero estuvo chido como quiera.

Anduve paseándome por el centro y conociéndolo. Pese a que es un municipio pegadito a Guadalajara, y que tiene no recuerdo si medio o un millón de habitantes, sigue siendo un pueblo y la gente el domingo se va a al parque a dar la vuelta. El parque estaba lleno. Creo que no hay mucho más ahí en Tonalá. La iglesia es muy bonita. Colonial. No entré porque estaban en misa.

Mi boleto era a las 10 y cacho, así que una hora antes me fui del parque a esperar al camión. El camión me costó como diez pesos. Es mejor eso que los cien del taxi y llegué rapidito. Esperé un rato y me subí al camión. Dormí todo el camino.

Detalle

Olvidaba anotar que en el camión de Ags-Puebla, al lado mío, venía algo así como la querida de un militar y como que el don se había enojado con ella y como que ella le tenía algo de miedo. No me incumbe, pero no me dejaba ver la película, que estaba bien chida. De repente me pidió el celular y me decía que le cobrara y bla bla bla y yo le decía que no había problema pero ella insistía (no le cobré, menos si la oía decir "y yo ya no traigo dinero y el coronel está enojado y no sé cómo regresarme y ya estoy en León"). A mí, en realidad, lo único que me importaba era que guardara silencio o de perdida dejara de distraerme. Fue justo en el clímax de la película cuando empezó a decirme. "Sí, señora". En fin, se bajó en León.

Fin

Así pues, pisé tierra en seis lugares diferentes a mi residencia ese fin de semana. Ocho si cuento Ixtac como uno más (es un municipio aparte, pero ps para lo que hice ahí y en Orizaba da lo mismo), cuento Puebla porque estuve una horota: Puebla, Córdoba, Orizaba-Ixtac, Veracruz, Guadalajara, Tonalá. Toda una aventura.

Me dio mucho gusto que se casaran. "No entiendo por qué la gente se está casando" "No mames, es que ve, si te topas con alguien 'como Sandra', vaya, con alguien que te entiendes chingón y la pasas bien siempre, pues no es descabellado casarte después de cinco años." Se entienden bien chido, se llevan rebién, para Nahaat Sandra es su familia (se me hizo muy curioso y bonito que en algún momento de la boda, el chamaco dijo "Mis papás están..."). ¡Felicidades!

Me dio mucho gusto ver a mi papá, a Luis y a Manuel y me dio más gusto aún. De antología ese fin de semana, con todo y que me salió recaro cambiar el boleto, que a la camisa se le cayera el botón y que ya para entonces me estaba despellejando por el sol de la semana anterior (en que fui a la playa en Nayarit).

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viernes, abril 30, 2010

Guayabitos

Madres, pues esto ya tiene bastante bastante y ya está más que contado, pero bueno, que quede constancia.

Como en la empresa donde trabajo nos dan de vacaciones jueves y viernes santo, que en 2010 cayeron el 1 y 2 de abril, decidí, pese a que andaba medio quebrado, salirme a una playa. Bajo recomendaciones de consideración, decidí ir a Guayabitos por encima de Nuevo Vallarta o San Blas. El jueves no hice nada, creo que fui por mi ropa y cosas así. En la tarde fui a comprar mi boleto a Tepic. No recuerdo la hora de salida, creo que fue como a las 9 de la noche. Llegué a Tepic a las 2 y fracción de la mañana. Fui a comprar mi boleto de Tepic a _____. Ahí tomé la decisión de ir a Guayabitos.

La chica de la ventanilla me dijo "sale ahorita a las cuatro" a lo que pensé "bueno, a esta hora de la madrugada a cualquiera se le barre la hora". Antes de comprar el boleto salí a ver si había un hotel barato para dormir y ya mejor salir en la mañana, pero al final decidí tomar el de las 4. Me dio, en efecto, un boleto para las 4am y pensé "bueno, es sólo poco más de una hora". En realidad esa vuelta para buscar un hotel resultó en ir a una farmacia al lado y preguntar. Creo que la decisión de no ir al hotel fue porque la callecita estaba muy fea. Después de un ratito de estar en Nayarit fue que reparé en que ahí el horario está adelantado con respecto a la hora del centro.

A las "cuatro" tomé mi camión para La Peñita. Me habían dicho que tenía que llegar ahí y de ahí tomar una combi. Llegué a La Peñita. No hay una terminal propiamente. El camión me dejó en un camellón en el centro del pueblo. Tomé una combi y llegué a Guayabitos, que estaba sucísimo de que la gente había estado chupando hasta tarde, ya eran como las seis. Empecé a preguntar en hoteles y pues todos eran carísimos; resulta que en Rincón de Guayabitos la mayoría de los hoteles son bungalows, y los que no eran bungalows estaban llenos. Vagué por el ¿pueblo? por un ratototote. Eventualmente fui a ver a un tipo que rentaba espacios para acampar (un vividor que se había adueñado una porción de playa, sí había alguien que rentaba espacios propiamente y es muy diferente) y le pedí chance de cuidar mis cosas en lo que seguía buscando. Si no hallaba lugar, me iría a Vallarta a comprar una tienda de campaña y le rentaría un espacio.

Día 1, viernes: Rincón de Guayabitos

Vagué otro rato, desayuné "pellizcadas", que son como picadas grandotas con salsa y carne, en el restaurante me dormí en lo que esperaba mi comida. Decidí ir a ver a La Peñita de Jaltemba a ver si ahí había algún lugar. Encontré un hotelito que seguro en temporada baja no cobra más de 100 pesos y ya, acordé dormir ahí. Fui por mis cosas y le di veinte pesotes al señor por cuidar mis cosas esas como cuatro horas. Ya eran como las dos. Me fui a conocer la playa de la peñita; caminé hasta que llegué a una escollera y como no traía más que las chanclas decidí no subirla. Me fui de vuelta a Guayabitos, ahora sí a la playa. Estaba atiborrado, pero igual hallé un espacio, dejé mis cosas y me metí al mar. Estuvo chingón. Cuando empezó a oscurecer me fui a caminar por el ¿pueblo?.

¿Pueblo?

Bueno, la razón de las interrogaciones sobre el pueblo de Guayabitos es porque no sé si pueda ser llamado pueblo. Sólo hay hoteles. La gente vive en La Peñita de Jaltemba. Sólo hay una colonia horrible de paracaidistas en Guayabitos. Es como que el gobierno vio que la gente iba a Guayabitos y decidió hacer un desarrollo turístico ahí. Estuvo bien, pero si la playa era angosta, la dejaron aún más angosta. Como quiera es bonita.

Después de la caminata, regresé al hotelito en La Peñita, lo que me dio oportunidad de caminar por la zona comercial de La Peñita. Cené en el puesto de tacos feos que pone la mamá del encargado del hotel. La verdad es que me dio un poco de pena cuando me preguntó si me había gustado, le mentí: le dije que sí. En realidad cené ahí porque el encargado me había dicho que su mamá hacía tacos en la noche, y pensé que sería feo no probarlos.

Día 2, sábado: La Peñita de Jaltemba

El sábado me desperté y antes que todo busqué algo de desayunar. Creo que desayuné una torta ahogada de camarón. Estuvo buena. Después de eso decidí ir a conocer la playa de la Peñita. Como el pueblo no es tan popular como el desarrollo turístico, hay más espacio, pero la playa es más angosta, el mar se come más de la playa. estuve un rato en un lado de la Peñita. Después dije "voy a ver qué hay tras la escollera" y empecé a caminar. Pasé por un cementerio cuyo muro desapareció (lo vi el día anterior), supongo que por la marea. Había partes en que no había playa, o que el mar en cada ola se comía toda la arena. Llegué a la escollera, cambié mis chanclas por los tenis negros y la trepé. Del otro lado había un playón enorme, no tan angosto y poco concurrido: ahí estaba el pan, pero para obtenerlo había que bordear la escollera, que era una situación bastante peligrosa. Para bordear la escollera hay un caminito angosto donde de un lado está la vegetación y del otro el mar golpea furioso las piedras. Empecé y me dio culebrín. Ya estaba pensando en no ir al playón, pero pensé "no mames, la señora esa cruzó con una canastota de dulces y en unas chanclas horribles". Bordeé el asunto ese y llegué a la playa.

En la playa estuve entre cuatro y cinco horas. Como llegué temprano, no hubo problema. Cuando decidí irme a Guayabitos fue más por el hecho de que era mejor cruzar la escollera mientras hubiera luz. El regreso por la escollera igual fue complicado, pero no tanto.

No recuerdo si comí algo antes de regresar a Guayabitos, un cóctel (cocktail) de camarón. Al llegar a Guayabitos ya estaba empezando a oscurecer. Ya no me metí al mar. Estuve un rato y cuando terminó de oscurecer me fui a caminar por el pueblo, que en la noche se hacía un desmadre. Después de un rato, regresé a la Peñita, me bañé y salí a una feriecita del pueblo. Se me acabó el dinero y recordé que había visto un Bancomer. Tomé una vía alterna y ¡mocos!, que me perdí un rato. Eventualmente salí a la carretera, pero un poco más lejos de lo planeado. Encontré el cajero y saqué varo. Cené. Resultó que la basura que hallé en Guayabitos no había sido sólo porque la gente está chupando en la calle, sino porque la fiesta Es en la calle, así como lo es en la Peñita. Al salir del cajero fui a buscar algo de cenar antes de ir a conocer un bar en Guayabitos. Vi que había bandas tocando y que todo el desmadre estaba ahí. Después de cenar, hasta vi un pleito de lejos. Pasó la combi y me subí para ir a Guayabitos. Lleno. Las calles eran un mar de gente. Me bajé y busqué el bar.

El Bar

Había decidido ir a ese bar porque pensé "es el único que hace intento por publicitarse, así que ha de ser el mejorcito". CRAAAASO Error. Un lugar feo, como una disco de los ochenta, donde había niños de no más de quince años. Me sentí papayón. Estuve un rato y me salí. El bar de abajo estaba mejor, pero ps ya no quería gastar. No mucho después quise ir al baño. Empecé a buscar un baño público y no encontré, un taquero me prestó el baño. Después de eso, me puse a buscar un taxi. Tardé un ratote en encontrar uno. Regresé a la Peñita.

La Vuelta

Mi boleto Tepic-Aguascalientes estaba marcado para las 2pm del domingo, así que al despertar sólo fui a desayunar a un restaurantito un platillo de huevos, chilaquiles, frijoles y una malteada. Me fui a ver la playa un rato, y a los pelícanos.

Después fui a donde se paran los camiones. La vuelta fue en un camión de segunda. Nos hicimos una eternidad para llegar a tepic (bueno, como una hora más de lo debido), en el camión había gente que iba parada, incluso yo fui la mayor parte del trayecto sentado en el pasillo.

Llegando a Tepic creo que cambié el boleto para tener chance de ir a comer. Fui a comer a un Soriana que está cerca de la terminal. Me subí a mi camión y creo que llegué a mi hogar a medianoche.

La Experiencia

Jamás había viajado solo. Está chido. Sin embargo no es la idea ponerme a hablar de eso, sino de lo que aprendí por si vuelvo a ir:

Hay camiones de primera plus que salen de Aguascalientes a la Peñita. Creo que el mayor problema es que no sabía que Guayabitos era junto a la Peñita. También hay camiones de Primera Plus de vuelta, pero que van a Guadalajara. Salen de la Peñita.

Lo haría de nuevo.

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jueves, abril 22, 2010

Diciembre 2009

Villahermosa

Ya tiene un ratoooooooote que me fui de vacaciones navideñas. Para bien, no hay mucho que contar, tan es así que no recuerdo casi nada. Sé que como los días festivos caían en viernes, pedí cinco días de vacaciones, de los seis que tenía: "¿cinco de seis y entraste en julio? si querías irte a medio año o pasaba algo, se te iba a complicar" Sí, así es. Quería irme de vacaciones en mayo y con un día quizá no lograría mucho. Si tenía algún problema y tenía que usar ese día, me la iba a pelar. Sin embargo, tenía la teoría-plan-esperanza de ya no trabajar en el italian coffee por mucho tiempo, claro que tenía que gastarme los más días que pudiera de mis vacaciones. Ese día quedó "por cualquier eventualidad o para ir en mayo".

Volviendo a mis vacaciones, todo salió bien en los vuelos. Llegué a tiempo, salí a tiempo, dormí desde antes de despegar y hasta poco antes del aterrizaje. Ahorita se me ocurre como uno de esos viajes como los que efectuaban en "La Expedición" de Stephen King. No recuerdo quién fue a buscarme. Creo que mi mamá con Paquito. Comimos no recuerdo qué, seguramente lomo. Mi mamá estaba cocinando pavo, pero así ha sido los últimos años. Después de comer, en algún momento, fui a comprarle algo bonito a mi mamá. A mi hermano y a mi papá ya les había comprado algo desde Monterrey, faltaba mi mamá. Originalmente pensé en darle dinero, pero luego se me ocurrió que si ella me daba dinero, eso se iba a convertir en un intercambio de dinero. Bien hecho, me dio dinero, excelente elección, por cierto. Prefiero dinero a una camisa que me va a dar igual.

Fuimos a misa con la familia. Ahí estaban mi tía Marisa, Eduardito, mi tío Ricardo y mi Abuelita. La misa es divertida. Yo no soy creyente, o tengo muchas dudas o lo que sea, pero qué divertida es la misa. Esas cumbias que ponen me hacen imposible No participar y cantarlas y disfrutarlas. Saliendo, me regresó el pesimismo de que la cena sería en casa de mi prima Beatriz (no tenía muy buenos recuerdos de las últimas ocasiones, su casa es leeeeeejos y no hay muchas cosas que hacer), aún con el pesimismo fui con la mejor actitud. La pasé chido platicando con Eduardo. No recuerdo por qué Paco no estaba tronando los cohetes de Alejandrito, que la mayoría reventó Eduardo, a mí me daba algo de flojera, sólo los veía. A la vuelta, temprano como suele ser (creo que a las 2), dormí como una piedra.

Este año ocurrió algo curiosón: mi prima no me regaló nada porque pensó que no iba a ir. Eso no es lo que podría decir desagradable, al final la entiendo y está chido. Lo que me jode es la situación referente a la suerte: todos los años me había regalado camisas que generalmente no me gustaban o me daban igual, este año regaló ROMPECABEZAS de varias piezas. ¡Coño! tiene tiempo que no armo uno, pero de cuando en cuando sí se me ha antojado y ¡Paf!, no me dieron. Creo que si me hubiera dado uno, le hubiera "perdonado" sus camisas. Ja. Hay una que creo que jamás me puse y que quizá ya boté.

En fin, los demás días sucedieron sin muchos hechos notables. El día del recalentado apareció mi primo Enrique, que es una botana. Tenía años de no verlo y tenía también un ratote de no reírme tanto como cuando empezó a describir "La cosa espantosa que pusieron en el hotel en lugar de árbol. Parece una garra saliendo del techo." y que "lo peor del caso fue cuando llegó el dueño y lo vio y se le vio la cara de felicidad, de ver su sueño realizado" y jodido, porque cuando lo vi, me volví a reir hasta las lágrimas.

Algún día fui a ver a la banda de prepa y otro fueron a la casa. El día que los vi en casa de Yanez, estaban también Jorge, Oscar Trinidad y apareció Aarón, un tipo con el que jamás había hablado antes, pero no es mala persona. Era chistoso ver a Jorge hacer ese gesto de "ah, su madre, este vato" cuando en ocasiones el Aarón sacaba cosas medio incómodas. Al final ellos se llevan mucho, pero sí se nota que a veces como que le desespera. Regaló una botella de Chivas Reagal. Espléndido muchacho. La neta sí le entré a un whiskeyto en las rocas.

Otros días no hice nada en la casa, bajo la idea nuevamente de que "ps vengo a ver a mi mamá", pero ps mi mamá se va. Como quiera la pasé bien.

Veracruz

Como cada año, me fui para el 31 al puerto, creo que estuve los días 31, 1 y 2. Viajé el 3 de enero, domingo, a mediodía. Sin pena ni gloria pasé por Veracruz, sin llave de la casa y en un martirio tan raro que lo único que me hace ver es que el único culpable soy yo. No estuvo mal que nos tuvieran esperando, hubiera sido decisión mía, como lo fue el 1 de enero que ante la pena y la falta de llave, pues como que me quedé ahí en la casa. Pero el 2, el 2 sí fue NEFASTO porque sí, estuve esperando un ratotototototote, pero estuve esperando porque más o menos cada hora mi papá salía de su cuarto y decía "ya ahorita nos vamos, sólo ..." y así se llevó el día entero. Creo que somos adultos y nada de malo hubiera tenido decirnos: "Nos vamos a ir a las 7 de la noche para dejar a Ángeles con sus amigas, si quieren irse de una vez, chido." Digo, es una opción a salir cada hora de su recámara a decirnos que ya nos vamos a ir. Confianza. Quizá debiera perderla. Moral, quizá debiera dejarla de lado y largarme a Córdoba/Orizaba o algo así. El Papi me invitó a Cardel ya varias veces y pues no voy. Vaya que para navegar en internet y jugar jueguitos pendejos en la computadora, no necesito ir a Veracruz, pues. Puedo hacerlo aquí, como lo estoy haciendo ahorita. En fin, sin pena ni gloria mi estancia en el Puerto. La cena acaso, que estuvo chingona. Ese jamón siempre le queda chingón al don. Vi al Tío Joaquín y a su banda, y a Toño y toda la otra banda.

Qué quitaría: esas esperas absurdas, esa intención de "quedar bien" y hacernos ver como delicados, siendo que no.

A la vuelta en Monterrey creo que no hice nada. Quizá haya ido al cine y contado mis vacaciones a la banda.

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martes, marzo 03, 2009

El Defe en diciembre

Pues yo sé que tiene mucho de esto, pero hoy tengo algo qué contar y no puedo dejar de lado mis vacaciones decembrinas, que si bien oficialmente fueron 6 días, cuento también el fin de semana que precedió al de la navidad por la graduación de Luis Medina.

Que se va graduando mijo

Bien, yo estaba invitado desde hacía tiempo a esa graduación, y si bien llegué a dudar en ir, no fue por mucho. Más que nada tenía que arreglarme con la empresa, pues pese a todas las flores que me dieron cuando entré, la cuestión de los adelantos o del "ahorro" de los días no existe. No está mal, pero no es tan maravilloso como me dijeron. Bien, negocié algo decente y todos nos fuimos felices: a mi jefe le pareció correcto que adelantara cuatro horas para poder irme temprano al final de la semana. De hecho trabajé un poco demás, porque ese adelanto de cuatro horas era porque yo fui pesimista: no podía dar por sentado que me despertaría temprano, aunque al final lo hice.

El viernes 19 viajé al Distrito Federal. Salí del trabajo y contaba con muy poco dinero. El plan era salir a las 3 y tomar un taxi directo al aeropuerto, estar desde el viernes en la noche hasta el domingo en la noche en el Defe y regresar en Camión a Monterrey (ya tenía el boleto comprado).

Como todos los viernes, cargaba con poco dinero, en esa ocasión cargaba con 150 pesos más de lo normal (en viernes), traía poco más de 180 pesos. El plan incluía pasar al cajero a sacar varo y con ese dinero irme al aeropuerto directo. Yo ya llevaba mi maletita e iba vestido de traje, para sólo llegar al defe a peinarme, acomodarme la corbata y el cuello y llegar a la graduación.

La Genialidad, la mala suerte y la buena

Quien no lo sepa, hay cosas para las que tengo mala suerte y cosas para las que la tengo buena. La mala: bancos y procesos administrativos (no incluyo tarjetas perdidas ni tonterías que son mías, sólo problemas con procesos, en Córdoba alguna vez decían que yo era el Beta tester de los procesos administrativos escolares, cosa que también aplicó cuando me vine a vivir acá. Buena: taxis, transporte público y probablemente otras cosas.

Dícese que salió Rodrigo del trabajo directo al cajero. No había de ir al lejano, pues perdería mucho tiempo. Al llegar al cajero, como sería de esperarse: "no varo". Expresión de impotencia. Vio la hora y decidió tomar un taxi con rumbo a su casa. A su casa porque no muy entrada la mañana había notado que había dejado su boleto de regreso en casa. Boleto porque era de autobús, y en la línea le dijeron que NO, que no podían reimprimírselo ni nada así.

Así pues, alzó la mano y no pasó mucho antes que un taxi parase. Dio la dirección, las señas, platicó de su gracia con el conductor, llegó a su casa, pagó los 40 pesos. El taxista le dijo que podía esperarlo y llevarlo al aeropuerto, Él habló de su falta de materia mágica: "no me da el dinero", a lo que el taxista replicó que no había problema, que pagaría lo que el taxímetro marcara, "¿y si aún así no me da?" (Él pensaba que no traía más de 117 pesos y asumía que con eso no daba para llegar al aeropuerto), "usted no se preocupe".

Salieron de Prol. Marsella, procedentes de Treviño

Emprendieron el recorrido. Él venía pensando que traía como 117 pesos comprobados y quién sabe cuánto en monedas. Platicaban sobre cualquier cosa, en general sobre la vida, sobre lo que se platica con los taxistas, oficio interesante el de taxista, conviven con muchas personas diferentes en el día, otros apenas conviven con los vecinos de cubículo y no siempre hablan. El taxista tomó por una ruta alterna, tomó la carretera, lo que costó al pasajero los 27 de la caseta. Al pagarlos, Él se rió "me quedan 90 (comprobados)" -pensó. Llegaron al aeropuerto a tiempo. El taxímetro marcaba, obviamente, más de 90 pesos, y tras rascar todos los bolsillos de su traje, pantalón y mochila él apenas juntaba 116.50, cantidad aún insuficiente: "Si me espera un rato, paso al cajero y le pago el resto", dijo y el taxista replicó "No se preocupe, es como que ya hice la buena obra del día". Rieron.

El Aereopuerto

(antes que escriban un comentario con "es aeropuerto, naco", les diré que lo sé).

En el Aeropuerto, ese mi Joil vio que tenía tiempo de sobra, buscó un lugar donde comer y se decidió por una ensalada de Carl's Jr. Ensalada porque debía buscar algo que no fuera a mancharlo mucho. Comió su ensalada, su galleta, que originalmente la dependiente no se la había dado y hubo que ir a decirle, y fue a la sala de espera. Vuelo media hora retrasado con los pasajeros abordo.

El Defectuoso

Al llegar al defe, llamó a Kart, que estaba inmerso en el tráfico y tardaría media hora en llegar, se peinó, se lavó la cara y los dientes.

Llegó la Familia del Castro Badelt e iniciaron el paseo con rumbo al museo José Luis Cuevas (cuando escribía había escrito Carlos Cuevas y me sonó rarísimo: Carlos Cuevas es un cantante que cantaba con Marco Antonio Muñiz en algún teatro). Camino largo en tiempo. Llegaron a la graduación. No había mucha gente aún. En el camino se había enterado que Él tenía el boleto del Papi. En algún punto del camino llamó al Papi para devolverle la llamada.

Entrar al museo fue medio complicado, era cerca del zócalo. Pista y tobogán de hielo:
"Ay Kurt, hay que ir al tobogán", dijo Sandra, "Si quieres aquí te dejo a que hagas fila." (con el fin de que a la salida todos pudiéramos tirarnos del tobogán a la salida), replicó amorosamente Kurt. Los tres rieron. Los sentidos de las calles estaban medio violados para responder a las necesidades de la pista. El acceso al museo José Luis Cuevas estaba claramente marcado en la cuadra del Zócalo con un letrerote anaranjado sostenido por dos individuos. Trabajo feo debe ser ese.

La Fiesta

Pues de la fiesta en sí no hay mucho qué decir. "Bonita fiesta". El escenario era buenísimo, las mesas alrededor de una escultura grandota. Asistimos todos los que habíamos sido invitados. Apunto la mezquindad de la segunda llamada a algún individuo: "¿quiénes están?, ¿qué van a dar de tomar?, ¿qué darán de comer?" Delicado muchacho.

¡Felicidades de nuevo al Ing. Medina!

Gracias por la invitación.

Larga noche con cuatro de los que más aprecio y una colada que aprecio en cantidad. Gustazo como siempre, señores.

La Salida de la Fiesta

Decidió pues el anciano señor tomar su vehículo y marcharse, eran cerca de las 3:30 de la mañana (no era la primera amenaza de marcharse, había habido ya otras, pero fue convencido de no hacerlo en las otras ocasiones). No faltaba mucho para que sirvieran Chilaquiles y llegara el mariachi, pero igual partieron. Dejaron al Papi en la Papicueva, cerca del estadio azul y partieron. Kart atinó a perderse a esa hora de la madrugada. Copiloto dormida. Llegaron cerca de las 5 ó 5:30 al hogar de la Familia del Castro-Badelt. Durmió cada quien en su aposento.

Sábado 20 de diciembre

El sábado no hicimos mucho, al despertar tonteamos, fuimos al centro a comprar dulces para la familia de Sandra, un varo en dulces, yo compré un poco para mí, pero nada que uno no pueda gastar en dulces. Estuvimos un rato en el centro haciendo no recuerdo qué. Creo que comimos entre otras cosas. Fuimos a alguna librería porque yo quería comprar libros para regalar, pero no encontré ninguno que quisiera en las librerías que visité. A la vuelta comimos en un puestecito de fritangas.

Las Fritangas

Chilangazo me aventé con esa cena: sopes, un pambazo del df, tostada y quesadilla de queso. Buenísimo. Pasó que mientras esperábamos nuestra comida, los que jugaban fútbol junto al puesto atinaron a pegarle a la olla del ponche.

-Es que no mames, yo cuando vi que el balón pegó, brinqué para un lado y sólo vi cómo Hoil no se movió, sólo pensé "Hoil se va a quemar".

Y efectivamente, no me moví de donde estaba. De por sí no tenía mucho espacio para hacerlo. Sólo cerré los ojos con fuerza, alcé los hombros y apreté mis manos dentro de mis bolsillos (ese gesto de "puta madre"). He notado que cuando va a pasar algo malo yo no soy de la gente que ve "su vida cruzar por sus ojos", simplemente pienso una expresión de frustración y ya.

No pasó nada. Sólo derramaron el ponche sobre la quesadilla de sandra y un poco de éste cayó sobre el aceite, que lo hizo pringar.

Regresamos al departamento de Sandra. Cenamos. Tonteamos. Dormimos, cada quien en su aposento, obviamente.

Domingo 21 de Diciembre

De nuevo tuve toda la intención de ir a Chapultepec, pero me dio hueva pararme. Los del Castro habían ido a desayunar con el papá de Kurt. Recuerdo que desperté temprano y dormí. Desperté un poco más tarde, vi el mapa de google para ver cómo salir de donde estaba y llegar a donde quería y dormí de nuevo. Desperté cuando llegaron Kurt y Sandra. Ese día sí no hicimos nada. Yo pedí una hamburguesa a un tal Rubén (Hamburguesas Ruben's) y vimos una copia piratísima de Crepúsculo. Bien, si no quizá no la hubiera visto.

Me llevaron a la terminal del Norte. Según yo, habíamos salido medio tarde, como 20 minutos tarde de lo que pretendíamos, pero no pensé que fuera a repercutir. Sí, el tráfico estaba terrible para llegar a la terminal. No pasó nada. Yo llegué y mi camión aún no llegaba. Camino tardado y nervioso.

Terminal del Norte

Nadie que se jacte de haber vivido puede hacerlo completamente hasta que no tome un autobús de la Norte. Es un caos. A diferencia de otras terminales, donde los autobuses son anunciados con el programa, mientras estos están en el andén (poco después de llegar), esta terminal los anuncia cuando llegan. Mi punto de vista es que funciona al revés: en una terminal común, hay un horario marcado, el autobús llega y en lo que se bajan los pasajeros cuyo viaje termina, y el conductor termina el proceso, el autobús es anunciado. En la norte funciona así: Los camiones están estacionados, una persona en los andenes tiene un megáfono, cuando llega un autobús, la persona lee en el frente del autobús el destino, revisa una hoja de papel para ver cuál encaja y lo anuncia con el megáfono. Las líneas tienen determinados andenes, y el autobús se estaciona en el andén que encuentre libre dentro de los de su línea.

Noté el funcionamiento de la terminal porque cuando llegué, todo nervioso pregunté a un tipo de la línea: "¿ya llegó el autobús de las 1045 a Monterrey?" y él quitado de la pena, sin ver nada ni consultar con nada ni nadie me dijo que no, al no darme suficiente confianza, le pregunté a una de las que anunciaban los autobuses de la línea. Vi que volteó hacia donde estaban estacionados los autobuses y me dijo "no".

El viaje duró 9 horas y cacho. Regresé directo a trabajar. Pese a que en realidad no estaba de vacaciones, cuento esto como tales porque fue cerca de mis vacaciones, y fue una especie de respiro a la vida cotidiana.

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martes, agosto 26, 2008

Vacaciones: Villahermosa - Regreso

Llegué a Villahermosa el lunes 16. Realmente no hice gran cosa estando allá. Debo haber salido de mi casa como 5 días. Los demás, ni a la tienda. Por primera vez en lo que llevo viviendo en el norte, tenía como la curiosidad de estar acá. No tanto por el empleo, tarde o temprano había de entrar. Tenía idea de que había 50 % de probabilidad de ver gente que quería ver.

Pues bien, estando en Villahermosa, fui al cine creo que dos veces. Una vez fui con una amiga (a ver "Don't mess with the Zohan"), la otra con dos cuates y la misma amiga. La pasé bien en las dos ocasiones. Otro día comí marquesitas y bebí un esquimo con la misma amiga, ah, la que quizá se vaya a vivir a Querétaro. Algún día habré salido con mi mamá y mi hermana, quizá.

Fui también en ese periodo a la fiesta de Pichulfo: cumplía años y se iba un tiempo de viaje. Vi gente que tenía mucho tiempo de no ver. En algún momento me paré de mi silla para buscar refresco y me la agandayaron. Me quedé con ganas de platicar con una conocida que no veía desde que me fui del CUT. Como que tengo idea de que es simpática. El hecho de que me agandayaran la silla provocó que me sentara junto a mi primo Eduardo. Tenía años de no platicar con él. Me la pasé bien chido.

Sólo estuve dos semanas. Hubo un día que le hablé a otra amiga pero no pudo salir o algo así y pues ya no le hablé de nuevo, o sí, pero tampoco podía y pues ni modo. Me salió un poco el tiro por la culata. Tuve la intención de pasar más tiempo en mi casa para estar con mi mamá, pero ella nunca estaba. Ja.

Al final de las dos semanas, regresé. 50%. 50% que tiré al caño... de nuevo. Ja.

100%, me la topé en las ensaladas. Bajo esa regla rara que tengo sobre el acompañamiento, pensé "ahorita que pida mi comida veo qué pedo". Media vuelta y vacío. Me quedará la duda: ¿huiría?, ¿se molestaría? quién sabe. Sé que luego se molestó. Cosas de la vida. Hay cosas en que uno hace su suerte. En esto yo la he hecho maaaala a veces. Probabilidad 0. La vi después al cenar. Medio pretendí resarcir mis tonterías. Igual da igual. Probabilidad 0. Y cero de aquí al infinito, supongo.

En esa misma temporada (principios de julio) vino la amiga chilanga le entregué sus pertenencias (se me había encomendado guardarlas). Me dio muchísimo gusto verla. Ya no la vi de nuevo. Hace poco sacó un sitio con sus fotos. ¡Mirad!. Estas no las vi. Originalmente me había pasado otro vínculo con un manejador secuencial. De estas sólo vi las miniaturas. Sin embargo, los paisajes me parecieron buenísimos, lo mismo que las que vi de condición humana y las abstracciones. Como que el hecho de encontrar esas cosas al azar se me hace chido. Bueno, también algunas cuestiones de la luz y el contraste, pero igual no soy gran crítico y prefiero que alguien que sepa opine; si no, sólo soy ridículo.

Ah, pues ese día fue cuando vi a la conocida que opinó que me desahogué con ella. Aunque bueno, creo que esa ocasión fue antes. Ahora no hablé, prácticamente. No sé por qué, como que no tenía nada qué contar, o me daba pena platicar porque había una chica que no conocía, amable, por cierto. Ese día, de hecho, estuve un rato en casa de Javierín, también llamado "el Medallas".

Ese, creo, fue mi último día de vacaciones. Día 31 de agosto. Por cierto, creo que todo salió bien en mi viaje de venida. Mi hermana me llevó al aeropuerto y el vuelo salió a tiempo.

El jueves que siguió (3 de julio) ha sido el único día que he llegado a las 840 al trabajo. La probabilidad estuvo en 50% y me esmeré para salir temprano. De vuelta a la probabilidad cero.

El viernes 4 de julio fue el día del festejo de 5 años de la empresa. Carne asada en una quinta. Contra todas mis apuestas, me la pasé bien chido. :D

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miércoles, julio 23, 2008

Vacaciones: Veracruz

El Puerto



Llegué a Veracruz en lunes. La idea era estarme del lunes al viernes en la tarde en Veracruz, de ahí irme a Córdoba y salir de Córdoba para Villahermosa. En ese punto ya había notado la ausencia de mi constancia de vacaciones, de modo que me trabé un poco, pero bueno, ni modo. Fue lunes. No hice naaaada. Fui a casa del Barbas a ver el fútbol: Holanda 3, Italia 0. Lo acompañé a su escuela. Estaba Samantha. Regresamos todos juntos como hermanos al departamento del Barbas.

En la escuela estuvimos como una hora. Yo anduve pajareando, medio conociéndola, hasta que no hubo más que ver y decidí entrar a la cafetería a pasar el bochorno (hay aire acondicionado), a diferencia de todos los estudiantes, que preferían pasar el bochorno en la sombrita. Entiendo que luego se ponen pesados en la cafetería, o eso se me dijo, pero ps igual compraban unas galletas y salían a comérselas. Yo compré unas y me las comí adentro.

Regresé a la casa.

Martes

El martes sí no hice naaaaaaada, me desperté y tenía la intención de salirme a caminar tempranón, pero me topé con un partido. Lo vi. Comí, ya más tarde me fui a caminar por plaza las Américas. Estuve un ratote. Creo que ese día compré un par de camisas y un balón de fútbol baratón (la idea era patearlo en el terreno de mi papá, sólo porque hay harto espacio). En la noche cenamos y ya.

Miércoles

En la mañana anduve pateando el balón, hasta que tropezó con un clavo o algo similar entre una de las montañitas de escombro y se ponchó :( En parte fue mi culpa: de haberlo inflado a tope, quizá no se hubiera ponchado. Supongo que nunca lo sabré. Cumplió su cometido.

Ese día descubrí que el domingo era día del padre. Mis planes cambiaban, entonces. Decidí adelantar mi partida para el jueves y regresar para el festejo. Más caro, pero bueno. Nadie estaba conectado (nadie a quien pudiera pedirle asilo). Repentinamente entró El Camacho. Le dije y únicamente me pidió que le confirmara. Luis Zurita entró poco después. Igual me pidió que le avisara de algún modo (él estaba en Paso del Macho, pero me dijo que podría ir y dejar las llaves escondidas y regresar a su metrópoli).

En la noche fui a casa del Barbas. Habría una fiesta por su despedida (se iba del Puerto). El Barbas, contra todas las apuestas que la gente pudiera hacer, acabó hasta el moco de borracho. Lo mismo que un vato apodado "el Oaxaco". A esa hora ya sólo estaba el Oaxaco en casa del Barbas. Buen tipo. Fosilazo, pero buen tipo. Bajamos dejar al Oaxaco, que en su borrachera se cayó de las escaleras (como cuatro escalones). El tipo quería seguir chupando. Su intención era inflarle incluso solo.

La idea era quitarme tempranón, como a las 2. Estaba por irme: el Barbas salió y realmente no conocía (o conocía muuuuy poco) a la concurrencia. El vato me dijo que me quedara un rato, que no tardaba, otro vato me dijo lo mismo (buen tipo, por cierto, lo había conocido hacía dos días). No tardó mucho, pero se soltó una lluviecita (cuando escampe me voy). Siguió lloviendo un poco más fuerte "mmmmm, debí irme cuando lloviznaba, ahorita llueve feo, esperaré a que baje un poco. Se hacía más tarde y llovía más fuerte. Los finísimos vecinos de arriba empezaron a tirar sus bolsas de basura a la calle (costalitos). Desde el cuarto piso, creo. Finos muchachos.

Cuando bajó un poco la lluvia, el Barbas me acompañó a buscar un taxi, después que dejamos al oaxaco borracho y salvo en su departamento (no tan sano porque, como ya dije, se cayó). Los taxis no paraban o no me querían llevar. Finalmente uno se animó.

En el camino, la lluvia arreció feeeeeo de nuevo. No se veía nada. Me puse nerviosón, pero onfiaba en que el taxista la armaría. Llegué como a las 4 a la casa. Obviamente no me desperté temprano para ir a Córdoba.

Córdoba



El plan: ir jueves y viernes y regresar el sábado para la hora de comer. Así podría comprar un regalo del día del padre.

Jueves
Desperté y no mucho después, tenía un mensaje del fan#1. ¿Cuándo vienes? (le había dicho que iría). Le comenté que ese día, pero ps que me había topado con un partido de la Euro. Vi el partido. Me bañé, me vestí, comí y me lancé.

Casualidad: curiosamente, estaría en Córdoba con casi un año de diferencia (en esta ocasión, el viernes sería cumpleaños de la mamá de Ángeles, la vez anterior, viajé el día en que cumplió años la señora); aún más curioso es pensar que, aunque llegué un día antes a Córdoba, la diferencia era de 365 días: 2008 es año bisiesto.

Finalmente fui a la terminal. Llegué a Córdoba como a las 6. Avisé al fan#1 y a Rubén, y le hablé a Camacho (sí, olvidé confirmarle tanto al Camacho como a Luis Zurita). Rubén me dijo que nos veíamos en la gasolinera del T***C. Por alguna razón extraña (no es extraña, andaba distraído, supongo) le entendí que en la de Fortín. Obviamente me pareció raro que no llegara y le hablé. "No, te dije que en la del T***C" "aaaaah, bueno, ahora llego."

Acompañé a Rubén a hacer unas diligencias. Amablemente me llevó a casa de Luis Zurita. Él no había ido a Córdoba, yo no le había avisado, de entrada. Quedé con Camacho a alguna hora, lo vi, fuimos a su casa, me asignó un cuarto. Fui a cenar con Luis Medina y apareció (llegó) Chucho. En algún punto del tiempo anduve en casa de Luis Medina. Creo que fue antes de ir a cenar. Platicando con Rubén y Luis, les mencioné que quería ir al horrible Jot Roc.

Cenamos en la Braza. La banda no se había animado a ir al Jot, por lo que iríamos a Chiringuitos. Luis fue a hacer su tarea de valores. Llegaría luego. Chucho se pandeó justo llegando al Chiringuitos. La idea era el Chiringuitos porque "ellos trabajaban mañana y ps querían hacer algo tranquilo". Anduvimos ahí un rato. Llegó Luis. Llegó con una amiga suya (Ángeles, otra Ángeles, obviamente). En la plática, Ángeles dijo "¿Nadie quiere ir al Jot Roc?". Tanto tiempo como tarda el conductor de atrás en tocar el claxon, así tardó Rodrigo en decir "Simón, Yo". Ya para entonces estaba Tzitzihua también. Originalmente nadie quería ir. Rubén y Rocha irían a Xalapa al día siguiente, y creo que antes harían unas diligencias de trabajo. Tzitzihua "regresaría a la 1 a su casa (en Nogales)". Chomi entraba a trabajar a las 7. Al final fuimos. Sólo Chomi se abrió.

1. Tzitzihua llegó a su casa como a las 6 (tomando en cuenta que yo estaba en casa de Luis a las 526).
2. Dormí en casa de Luis en lugar de la casa de Camacho (a una hora decente, le dije a Luis que si me daba chance, porque realmente no sabía llegar bien a la casa de Camacho, y menos sabría a las altas horas, él amablemente me había dicho antes, pero ps yo ya había quedado con Camacho, además que por alguna razón me daba menos pena, creo que por el hecho de que se me hace más un punto como en el que vivo: la gente sólo llega a dormir, de ahí en fuera, trabajan todo el día; la casa de Luis es casa de Familia).
3. Poco después de acostarme a dormir, algún ojete se puso a pitar. No fue "la banda", después les pregunté. Me dio curiosidad, pero al no haber ventanas hacia la calle en el cuarto de la hermana de Luis, decidí dormir, mejor.
4. Obviamente no desperté tan temprano como quería y era imperativo que fuera al campus de donde me transferí a ver lo de la beca.

La pasé bien.

Viernes

Desperté como a las 930-10. La mamá de Luis nos hizo de desayunar. Me "lavé los dientes" con el dedo: mis cosas estaban en la casa de Camacho, por cierto. Obviamente no me bañé (mis cosas estaban en ...).

Fuimos a la escuela. Luis me acompañó.
1. Vi lo de la beca, con cara de desvelado, mi playera oliendo a cigarro y probablemente arrugadona (el recuerdo de Soda Stéreo).
2. Fuimos al dae. Yo debía ver al "tío zam", quien no estaba. Pasamos a ver a Viviana. En algún punto, yo como que no tenía mucho de qué hablar con ella (sólo quería preguntarle por Zam y por la casa de Camacho (no sabía cómo llegar)), pero por cortesía pues platicamos un rato, ella tuvo la misma cortesía. En cuanto pudo, nos bateó. Perfectísimo, salí con mi croquis para la casa de Camacho, que por cierto no usé en ese momento. Zamir no tardaría en llegar. Fuimos a los salones en lo que pasaba un rato. Tiré de cabeza a la banda. Nos encontramos a Zam cuando ya pretendíamos irnos. "Ven mañana como a las 10". Perfecto, todo marchaba en orden. A la salida, Olivia nos dio el ride a Fortín.

Fuimos a casa del Camacho. Habíamos quedado de comer en La Balsa con Manolo alrededor de las 1430. Me bañé. Nos fuimos. Llegamos. Comimos como dioses que comen en cantinas.

Llamé a Barojas. Fuimos a Orizaba. Anduvimos con él un rato. Un café, la plática, a Córdoba, luego no hay camión. Me fui caminando desde el parque a la casa de Camacho. Luis fue a su casa. En la caminata vi la taquería con que cenaba (en alguna temporada) cada martes. No tenía hambre, pero quería unos tacos de aquellos. Busqué con quien cenar. La mejor compañía. Na. Como no tenía hambre, pues pensé en ya irme a dormir, pero pensé "igual y ya llegó 'el Duro'". Un tipazo. Ya estaba en Córdoba. Me dijo que sí, que a las 1010 o algo así. Todavía era temprano. Decidí ir a casa de Camacho a esperar. A la hora adecuada, salí, pero regresé porque me dieron ganas de pasar al baño (y debía caminar un rato, y estaba fresca la noche). Salí y decidí tomar otra ruta de salida de la casa del Camacho.

Un poco como de RPG: Viviana me dio un croquis para llegar a casa de Camacho. No lo usé, como que de hecho me fue medio inútil en algún momento. Sin embargo, fue como que el destino sabía que me perdería, o quizá Viviana (así como esos monitos con los que hay que hablar y dan items). El croquis me fue útil porque llegué al punto de referencia que ella me había dicho.

Llegué a la taquería. Llegó el Duro. Comimos. Cada quien un pingüino. Tenía mucho de no comer uno. No había cebollines, quizá le quitó un poco ese "algo" que tenían esos tacos, pero igual fueron excelentes. La idea era ir al billar a la Divina después de eso, con Irazema, Oswaldo y la novia de Oswaldo. Resultó que mejor los alcanzamos en otra taquería. Tenían hambre e Irazema debía despertarse temprano. Estuvimos en la taquería. Todo en orden. No nos fuimos tan temprano. Creo que nos fuimos a las 2. Llegué a casa del Camacho. Dormí. La pasé bien.

(el partido de Francia-Holanda lo medio vi en la Balsa)

Sábado y el Zamirazo

En la mañana desperté y el Zam me dijo "mejor ven más tarde, como a las 2" "mmmmm, ni pedo, ¿te parece que llegue a las 240?" "sí". Confié, un poco a sabiendas que algo raro habría, pero dije "nah, ha pasado un año, ya sólo voy a ir y me los dará." Llegué tardezón, pero llegué. Jugaba España y vi el partido. Llegué y me dijo Zamir: "bueno, vamos a Orizaba" "¿qué?" "sí, allá está Lalo" "aaaah". Un poco trabado, tuve que ceder, qué más quedaba. Fuimos. Lalo estaba ocupadón. "Vamos a comer y luego venimos, ¿te parece Lalo?" "Yo iba para entonces ya emputado con el Zam. No me sorprendía, pero no dejaba de ser molesto." El departamento invitó la comida. Una hamburguesa en McDonald's. No se me hizo mala. Tenía años de no comer una (como 3 años: la última vez me sentí ofendido por la cantidad ridículamente pequeña de carne que tenía mi hamburguesa). Un pie, un café y regresamos. Lalo quemó los discos. Salimos de Orizaba como a las 6 ó 7. Ya para entonces andaba resignado: no iría a comprar nada ese día. Llegamos a Córdoba. Llegué a la terminal. Compré un pasaje al Puerto para las 2020. Eran las 2010. Tuve la intención de comprarlo para más tarde, pero nah, eso no jala: apuestas al sol o al águila, no a una tercera opción que no jale. Además, mi hermano ya estaba en el Puerto y ya empezaba a aburrirse. Subí al adeó.

Desalmado
Estando en Córdoba-Fortín, una amiga, en algún punto, hizo esa referencia que luego la gente hace, de algún modo opinan que soy un desalmado. Es chistoso.

Nostalgia
Córdoba-Fortín, me despertó mucha nostalgia. En Fortín la sentí pesada, en la caminata desde el parque hasta la casa de Camacho. Quizá, de hecho, no me bajé en el parque sino un poco antes, pues caminé cerca de los tacos y ahí fue cuando más la sentí. Se llenaron las jarras. Igual cuando la amiga tocó el tema del coro. Nostalgia. Mucha.

Los que No Vi
No me faltó mucha gente por ver, aunque dos días es extremadamente poco. Lamento, sobre todo, a tres:
(quien)
-Se pandeó el jueves y el viernes se chocó (bueno, lo chocaron estando estacionado, creo). Ni pedo. Cosas que pasan.
-Se decidió izar su mandil a toda asta porque "le prometí que iba a ahorrar y por eso no iré este fin de semana".
-Simplemente no apareció.

De Vuelta al Puerto


Llegando en la noche mi papá pidió una pizza. Cenamos. Yo no tenía hambre, comí tarde la hamburguesa, pero bueno, le entré un poco.

El domingo en la mañana salimos a desayunar. Tacos de birria. Buenos. De ahí me fui con Paco a plaza américas a comprar algo de regalo, en lo que mi papá y Ángeles fueron a misa. "A las 3 hay que estar en el terreno". Ilusos: llegamos a las tres y cachito. Confiamos en que quizá sí porque irían los Dones. Esperamos. La banda llegó como a las 1600. Comimos carne asada. Buenísima.

Ese día me iba. Me despedí. Partí para Villahermosa. Paco se fue a Xalapa apenas antes que yo. Ahora sí. Quién sabe hasta cuándo. Probablemente en navidad.

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