Mi vida errante

cha cháaaan

martes, noviembre 09, 2010

Guanajuato

El fin de semana que recién pasó me fui a Guanajuato, al Festival "Internacional" Cervantino. Quizá debiera llamarse Festival Defeño Cervantino, por la cantidad de capitalinos que hay, pero bueno, eso es irrelevante.

Todo comenzó un día cualquiera en que vi que el festival se acercaba y pensé "estoy cerquita". Le comenté al Crack que quería ir, aprovechando mi cercanía y pues me dijo que otros cuates irían no sé qué día. Yo le dije que quería ir para el 31 de octubre y el 7 de noviembre a Monterrey, pero que no sabía: también quería ir a Monterrey el 30/31 de octubre por aquello de los disfraces. Acordamos ir y la banda iría el 7 de noviembre, lo mismo que el Kluz [generalmente pongo su nombre, pero el otro día platicábamos y me decía que, pese a que hay mucha información suya en internet, está esta con su seudónimo], así que podría hacer ambas cosas.

Pasó el tiempo y la banda, por asuntos laborales, no podía ir el 7 de noviembre, así que ellos se fueron el fin de semana del 30 y yo fui a Monterrey. El Crack no podía ir porque iría a ver a su abuela. En fin, me quedé en el hogar del Crack, una vez más, pero eso es irrelevante para este artículo.

Los primeritos días de noviembre medio me puse de acuerdo con Kluz. Él llegaría el viernes en la mañanita y buscaría un techo. Yo llegaría el viernes en la noche o el sábado en la mañana, dependiendo de las corridas de autobús desde aquí.

El miércoles o jueves, no recuerdo, me fui a la terminal a comprar mi pasaje. Lo compré para el viernes 5 a las 1930, de modo que llegaría a las 2230.

La Llegada

Llegué a las 2230 del viernes 5 de octubre a Guanajuato y tomé un camión rumbo al centro. Me bajé en el mercado, donde se bajó la inmensa mayoría de los pasajeros. Llamé a Kluz y acordamos que él llegaría ahí, que estaba cerca.

Llegó y nos fuimos a dejar mis cosas a casa de la señora donde nos hospedamos.

Después de dejar mis maletas, bajamos a rondar por la ciudad. Fuimos a los callejones, los túneles y al Pípila. Desencanto el enterarme de que los túneles datan de 1950-60 y no de la época colonial, ni siquiera porfirista, pero bueno, como quiera están chidos.

Después de ese paseo fuimos a dormir. Se hospedaban en ese mismo cuarto otras seis personas, que cambiaron con los días: un joven del DF se fue el sábado en la mañana, mientras que una pareja fue exiliada de la habitación por la señora. Supuestamente a nosotros sería a quienes nos desterrarían, pero ps no. Nuestras colchonetas y bolsas de dormir permanecían en el mismo lugar cuando regresamos del paseo del sábado.

Sábado

El sábado despertamos y nos fuimos a comer, ya era relativamente tarde. Volvimos a rondar por la ciudad. Fuimos a ver la universidad, a comer a un mercado insalubre, vimos a una banda tocar un rato, fuimos al mercado de "hippies" (las comillas son porque es en realidad un centro comercial cualquiera de abrigos y artículos chinos. Con los puesteros compré una cuerda. Como la temperatura estaba bajando, fuimos a buscar más ropa. No, no andábamos en trusa, pero a mi combo de térmico y chamarra le agregué el pantalón térmico y un suéter. En el camino vimos un espectáculo de "danza vertical", compré un elote, me lo comí y luego compré algo que puedo llamar una nacada: un churrito salado gigante enrollado, de modo que se detiene como una torta, le echan salsa y limón y se come, estaba buena la nacada. Llegamos a la casa de la señora, nos bañamos y salimos de nuevo, con rumbo a la Alhóndiga. El espectáculo de la Alhóndiga no estaba interesante, así que a rondar de nuevo por la ciudad a buscar alguno mejor en lo que era la hora para empezar a caminar hacia el parque de las ranas (Plaza de las Ranas). Comimos un tamal dulce en el camino al parque de las ranas.

En el parque vimos un espectáculo bien divertido. Una especie de obra de teatro en que no había un escenario, sino que los actores interactuaban en el mismo espacio donde estaba la gente; a veces se cruzaban entre la gente y en otras movían unas carretotas. Valió la pena. Al final del espectáculo apareció Néstor, pero sólo nos acompañó al centro de vuelta porque tenía que ir a León y estar fresco en la mañanita en León y listo para tocar. Nosotros fuimos a un bar, donde apareció un estudiante de periodismo de la UNAM, pedísimo, pero muy simpático. Un tal Argenis. Anduvimos platicando con él, hasta que llegó un cuate suyo y se fue porque a su banda no la dejaron entrar. Nos fuimos a otro bar, uno de dos pisos. Ahí estuvimos otro rato y nos fuimos a la casa de la doña a dormir. En el camino vi a un don vestido de don Quijote, con quien me tomé una foto. Como se veía amolado el señor, y de hecho pedía varo por tomarse la foto con él, puedo decir que se veía más quijotesco que los dos quijotes que vi al día siguiente: uno traía una máscara de don Quijote, y el otro traía un traje muy bonito y se veía entero, el don con que me tomé la foto se veía más golpeado por la vida y la delgadez de su cara, y su barba eran reales.

Domingo

Despertamos y decidimos hacer como el día anterior: no bañarnos en ese momento, sino regresar en la tarde a bañarnos, esto porque había muchos huéspedes, entonces había que esperar mucho. Salimos a desayunar con nuestras coterráneas (las defeñas con quienes compartimos la habitación) a un restaurante bien chido, ellas nos lo habían recomendado por unas enchiladas de natas. Pedí unas enchiladas de nata y un chocolate caliente. Después de eso ellas jalaron para el museo de las momias y nosotros para el Museo Iconográfico del Quijote

Museos

El museo iconográfico está bonito, está lleno de pinturas sobre el Quijote. También hay esculturas bonitas y esculturas "contemporáneas" de esas que hacen ver que cualquier objeto inanimado y amorfo se puede convertir en un personaje. ¿Qué quiero decir con eso? Bueno, basta con que a un huevo le pongamos un palito con punta para decir que ese huevo es una escultura de don Quijote. Así se me hicieron tres esculturas.

Saliendo de ahí surgió el "y ahora qué", sin pensarlo mucho, dije "ps vamos a ver a las momias, ¿no?" porque "yo voy a llegar de Guanajuato y la gente me va a decir '¿y viste las momias?' y yo voy a decir que no". Vaya, ir a Guanajuato y no ir a las momias, que es de las cosas más representativas y conocidas de la ciudad, es como ir a Monterrey y no ir a la macroplaza (iba a usar un ejemplo villahermosino, pero siendo realistas, nadie que no sea sureño tiene idea de lo que hay ahí).

Caminamos hacia el museo de las momias y, pese a que hicimos una fila de una hora para un recorrido de 40 minutos, lo valió. Ver cuerpos exhumados es un poco raro. Llegué a la conclusión de que no quiero que me entierren en el panteón de santa Paula, porque el museo sigue nutriéndose. Realmente no son momias, pues no pasan un proceso de embalsamamiento, sólo son cuerpos exhumados.

Terminamos el recorrido, tomé unas fotos y nos fuimos de vuelta a comer y a buscar las cosas para irnos.

Comimos en un café al pie del callejón donde estaba la casa. Spaghetti y chocolate. Salimos ya medio apresurados, sólo revisamos nuestras cosas, nos abrigamos y nos fuimos, no, ya no nos bañamos. Bajamos al centro y tomamos el camión que iba a la terminal. Se hizo doce minutotes, así que llegamos bien a tiempo.

Yo me formé para canjear mi boleto abierto, pero la señora de la taquilla me dijo que no me podía canjear ese boleto, que tenía que haber ido un día antes. Se me hizo ridículo porque pierde buena parte del sentido de un boleto abierto, pero bueno. Compré el pasaje del camión "metropolitano" [vaya, realmente el error fue mío, pude no haber comprado el boleto Gto-León en absoluto y lo hubiera hecho de haber sabido de la existencia de los camiones metropolitanos]. Cada quien subió a su camión.

Llegué a León y ahí sí me canjearon mi boleto León-Ags, pese a que también tenía la restricción de 24 hrs marcada en el boleto. Aunque había un camión que saldría en cinco minutos, preferí esperar al siguiente, que saldría como media hora después, bajo la idea de que así podía irme tranquilo: si me daban el boleto de diez minutos, no podría ir al baño si quería, ni comprar agua, ni ... lo que sea, pues.

A las 2230 salió mi autobús.

La Vuelta

Realmente Primera Plus es una excelente línea. Sólo tengo una queja.

Decía pues, que salimos a las 2230 y fiel a mi costumbre (mala) de ver cualquier cosa que pongan en el autobús me puse a ver la película de "Tooth Fairy". Estaba yo bien entretenido viendo la película cuando repentinamente a las 12 de la noche la cortaron. Estaba a punto de acabar. Y no sólo eso, de plano apagaron los aparatitos del sonido, de modo que no podía oír música. Me sirvió para dormir, como quiera.

Me despertó el conductor cuando ya todos se habían bajado. Cuando bajé, el equipajero estaba en la puerta del autobús esperándome con mi maleta. La tomé y me fui.

Buen viaje :D. Algún día debo volver a Guanajuato.

Y sí, cuando llegué a mi casa no podía faltar algo que hiciera del fin de semana un claroscuro, pero ps sigue amaneciendo.

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5 Comments:

  • At 10/11/10 3:16 a.m., Blogger arturosc said…

    Guanajuato es una ciudad muy chida. Fui cuando era un puberto y quisiera volver algún día. Contrario a tu opinión a mi si me gustaría ser enterrado en el panteón de Sta Paula. Estaría bien chido que mi cuerpo se momificara naturalmente y lo mostraran para la posteridad. Pero bueno, cada quien su opinión.

     
  • At 11/11/10 5:00 p.m., Blogger Pac Morshoil said…

    Claroscuro, dices... pero conservas tu cámara, ¿no?

    Siempre es un placer leer tus crónicas, carnalito.

    Salús.

     
  • At 16/12/10 10:00 p.m., Blogger Martín Vázquez said…

    Bueno, conozco Guanajuato, pero me hace falta ir al Cervantino. Te envidio.
    Pppppor cierto... No sé mucho de ortografía, vaya, quizá sé demasiado poco; aunado a eso, quizá nunca puse demasiada atención a tus posts [sinceramente esto último lo dudo un poco] pero me da la impresión que de un tiempo para acá no eres tú el que escribe, por algunos ejemplos:
    "...no desperté del todo y me cuando me pasaba para atrás..."
    "parque de las Ranas" aparece así o "parque de las ranas" (mayúscula una vez, luego minúscula).
    "...enchiladas de natas. Pedí unas enchiladas de nata...", en un lado singular y luego plural (la nata).
    Son solo algunos ejemplos que encontré hoy, pero sé que en otros posts he visto más :s. Según yo, nunca había detectado algo en tus escritos que yo dijera: chale, creo que aquí se equivocó.

     
  • At 17/12/10 10:29 p.m., Blogger Rodrigorum said…

    Este comentario ha sido eliminado por el autor.

     
  • At 17/12/10 10:30 p.m., Blogger Rodrigorum said…

    Tienes toda la razón. Últimamente ya solo los escribo y no los reviso. El "me cuando me..." y situaciones similares generalmente vienen de que escribo, corrijo, pero al borrar ps ya no borré alguna palabra y sigo.

    De lo de enchiladas de natas no estoy del todo seguro. Creo que no hay precisamente una regla para esa forma.

    En adelante revisaré lo que escribo al menos una vez. Saludos.

     

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