Diciembre 2009
Villahermosa
Volviendo a mis vacaciones, todo salió bien en los vuelos. Llegué a tiempo, salí a tiempo, dormí desde antes de despegar y hasta poco antes del aterrizaje. Ahorita se me ocurre como uno de esos viajes como los que efectuaban en "La Expedición" de Stephen King. No recuerdo quién fue a buscarme. Creo que mi mamá con Paquito. Comimos no recuerdo qué, seguramente lomo. Mi mamá estaba cocinando pavo, pero así ha sido los últimos años. Después de comer, en algún momento, fui a comprarle algo bonito a mi mamá. A mi hermano y a mi papá ya les había comprado algo desde Monterrey, faltaba mi mamá. Originalmente pensé en darle dinero, pero luego se me ocurrió que si ella me daba dinero, eso se iba a convertir en un intercambio de dinero. Bien hecho, me dio dinero, excelente elección, por cierto. Prefiero dinero a una camisa que me va a dar igual.
Fuimos a misa con la familia. Ahí estaban mi tía Marisa, Eduardito, mi tío Ricardo y mi Abuelita. La misa es divertida. Yo no soy creyente, o tengo muchas dudas o lo que sea, pero qué divertida es la misa. Esas cumbias que ponen me hacen imposible No participar y cantarlas y disfrutarlas. Saliendo, me regresó el pesimismo de que la cena sería en casa de mi prima Beatriz (no tenía muy buenos recuerdos de las últimas ocasiones, su casa es leeeeeejos y no hay muchas cosas que hacer), aún con el pesimismo fui con la mejor actitud. La pasé chido platicando con Eduardo. No recuerdo por qué Paco no estaba tronando los cohetes de Alejandrito, que la mayoría reventó Eduardo, a mí me daba algo de flojera, sólo los veía. A la vuelta, temprano como suele ser (creo que a las 2), dormí como una piedra.
Este año ocurrió algo curiosón: mi prima no me regaló nada porque pensó que no iba a ir. Eso no es lo que podría decir desagradable, al final la entiendo y está chido. Lo que me jode es la situación referente a la suerte: todos los años me había regalado camisas que generalmente no me gustaban o me daban igual, este año regaló ROMPECABEZAS de varias piezas. ¡Coño! tiene tiempo que no armo uno, pero de cuando en cuando sí se me ha antojado y ¡Paf!, no me dieron. Creo que si me hubiera dado uno, le hubiera "perdonado" sus camisas. Ja. Hay una que creo que jamás me puse y que quizá ya boté.
En fin, los demás días sucedieron sin muchos hechos notables. El día del recalentado apareció mi primo Enrique, que es una botana. Tenía años de no verlo y tenía también un ratote de no reírme tanto como cuando empezó a describir "La cosa espantosa que pusieron en el hotel en lugar de árbol. Parece una garra saliendo del techo." y que "lo peor del caso fue cuando llegó el dueño y lo vio y se le vio la cara de felicidad, de ver su sueño realizado" y jodido, porque cuando lo vi, me volví a reir hasta las lágrimas.
Algún día fui a ver a la banda de prepa y otro fueron a la casa. El día que los vi en casa de Yanez, estaban también Jorge, Oscar Trinidad y apareció Aarón, un tipo con el que jamás había hablado antes, pero no es mala persona. Era chistoso ver a Jorge hacer ese gesto de "ah, su madre, este vato" cuando en ocasiones el Aarón sacaba cosas medio incómodas. Al final ellos se llevan mucho, pero sí se nota que a veces como que le desespera. Regaló una botella de Chivas Reagal. Espléndido muchacho. La neta sí le entré a un whiskeyto en las rocas.
Otros días no hice nada en la casa, bajo la idea nuevamente de que "ps vengo a ver a mi mamá", pero ps mi mamá se va. Como quiera la pasé bien.
Veracruz
Como cada año, me fui para el 31 al puerto, creo que estuve los días 31, 1 y 2. Viajé el 3 de enero, domingo, a mediodía. Sin pena ni gloria pasé por Veracruz, sin llave de la casa y en un martirio tan raro que lo único que me hace ver es que el único culpable soy yo. No estuvo mal que nos tuvieran esperando, hubiera sido decisión mía, como lo fue el 1 de enero que ante la pena y la falta de llave, pues como que me quedé ahí en la casa. Pero el 2, el 2 sí fue NEFASTO porque sí, estuve esperando un ratotototototote, pero estuve esperando porque más o menos cada hora mi papá salía de su cuarto y decía "ya ahorita nos vamos, sólo ..." y así se llevó el día entero. Creo que somos adultos y nada de malo hubiera tenido decirnos: "Nos vamos a ir a las 7 de la noche para dejar a Ángeles con sus amigas, si quieren irse de una vez, chido." Digo, es una opción a salir cada hora de su recámara a decirnos que ya nos vamos a ir. Confianza. Quizá debiera perderla. Moral, quizá debiera dejarla de lado y largarme a Córdoba/Orizaba o algo así. El Papi me invitó a Cardel ya varias veces y pues no voy. Vaya que para navegar en internet y jugar jueguitos pendejos en la computadora, no necesito ir a Veracruz, pues. Puedo hacerlo aquí, como lo estoy haciendo ahorita. En fin, sin pena ni gloria mi estancia en el Puerto. La cena acaso, que estuvo chingona. Ese jamón siempre le queda chingón al don. Vi al Tío Joaquín y a su banda, y a Toño y toda la otra banda.
Qué quitaría: esas esperas absurdas, esa intención de "quedar bien" y hacernos ver como delicados, siendo que no.
A la vuelta en Monterrey creo que no hice nada. Quizá haya ido al cine y contado mis vacaciones a la banda.
Etiquetas: vacaciones
1 Comments:
At 26/4/10 10:37 p.m., Kluzter Benavides said…
el buen diario de hoil... donde uno se entera de cosas que está muy lejos cambiar o mejorar.
ahora que vives en el paraíso deberías proponerte un post a la semana... y que relate cosas que hayan pasa'o hace menos de un mes, de perdi'o
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