Vino del Hoyoyo
Aquí No Pegamos los Ojos
Ya tiene como 17 días que fui a ver a Manu Chao y no lo había anotado. Pues bien, HE AQUÍ.
El concierto fue el día 28 de septiembre. El 27 fui a casa de Javier Jiménez (también llamado 'El Chiquito', 'El Medallón', 'El Pasas', etc) a comer carne asada. No podía quedarme hasta muy tarde porque había quedado de irme a casa de Emmanuel para ir al concierto. Emmanuel vive lejos. Las carnes estuvieron buenas. Cenamos, platicamos un rato y me fui. Eran no recuerdo si las dos o las tres.
Llegué a mi casa y dormí como piedra.
Por la Carretera
El domingo desperté alrededor de las 13 para perder el tiempo un rato, comer, bañarme e irme a casa de Emmanuel. La idea era llegar a las cuatro porque la entrada al recinto sería a las cinco de la tarde en teoría, y el concierto según empezaría a las 19 hrs. Perdí un poco de tiempo, me bañé, me vestí y como ya no me daba mucho tiempo sólo me preparé un par de quesadillas, las comí y me fui. Me hice alrededor de una hora y media desde que salí de mi casa hasta que llegué a la suya. Llegué a las 1550.
Llegué a casa de Emmanuel y me dijo que nos iríamos después. Creo que cerca de las cinco. "Ni pedo", pensé. Ahí anduve pasando el rato. Comí de nuevo. Doña Emmanuel (no recuerdo/sé su nombre) me invitó a comer una torta y camarones. En teoría la torta creo que era para que nos la lleváramos, pero la señora debió notar que no nos iríamos tan rápido. Todo estuvo bueno.
Salimos. Pasamos por Mónica y Adriana y comenzamos el camino a la Huasteca. La avenida que tomamos se me hizo chida. Era más bien una carretera un poco en los cerros, creo. Me recordó un poco a la carretera libre a Orizaba (desde Córdoba).
El Dorado
Llegamos a la Huasteca. Me dieron ganas de orinar poco antes de llegar. Yo sabía a ciencia cierta que no debía tomar mucha agua en casa de Emmanuel, pero tenía sed. Vimos la fila. Asumimos que aún no dejaban pasar. Me preocupé por la larguísima fila, obviamente no tanto por la fila, sino porque con el viento que había mis ganas incrementaban.
La fila avanzaba leeeeeen ta mennnn t e
y no lo hacía de modo constante. Se paraba seguido. Entre bromas me decían que orinara en la llanta de un volteo que estaba por ahí, o que "el niño ese está orinando en el muro, podrías hacer lo mismo". Pensé una y mil veces tocar la puerta de algún vecino de ahí para que me prestara el baño.
Cuando ya era un poco insoportable, me animé a ir a tocar un timbre. Para mi buena suerte, en una de las casas había banda festejando algo y chupando en el patio del frente. Toqué la reja y amablemente les pedí el baño. Un don me dijo algún equivalente a "Claro, claro, pásale, está allá atrás. Sigue por aquel pasillo." Pasé al baño. Limpio. Me lavé las manos. Saliendo le dije al don que se iría al cielo. Ja. Agradecí y me fui. No mucho después, una chica que parecía estar más atrás de nosotros siguió mi ejemplo. A partir de entonces el avance en la fila sólo me pareció lento y no desesperante.
Tras otro rato, tocó nuestro turno de pasar. La fila avanzaba lento porque al entrar al parque, una camionetita transportaba alrededor de veinte personas al lugar preciso donde sería el concierto. Nos llevó.
King of the Bongo
Llegamos y notamos que la banda no estaba aperrada, de modo que fuimos lo más al frente que pudimos. En ese punto yo estaba en la tercera/segunda fila.
Pasó un rato, pasaron dos ratos, y finalmente salió "Zona Ganjah". Bastante chistoso. Un monito no mucho más alto que el vato chaparro del salón de clases, flaco flaco y con rastas. Se le oía la voz jodidona, pero igual su canción estuvo chistosa. Era sobre que le gusta quemar mota. No recuerdo las otras dos.
La canción inspiró a mis vecinos de la izquierda y a los de la derecha. Creo que los de la izquierda ya habían empezado a quemarle las patas al diablo. Por cierto, hace poco vi de dónde me parecía conocida mi vecina de la izquierda: vende pulseritas y pósters en el centro.
Después salió un grupo cuyo bajista es el Toy, que fue parte de Control Machete: "Sonidero Nacional". Cumbia rap. Estuvo simpático. Agradable. Quizá sólo estaba de sobra el integrante vestido como rapero "por defecto" y que me sonó un poco más como reggaetonero porque hacía ese acento latino-rap tan socorrido entre esa banda. En fin, buen grupo, pero la bandera quería oir a Manu Chao, que a eso fuimos. Les abuchearon un poco. Ojetes.
En algún momento de la espera, llegó una gordita bieeeeeeeeeeeeeeeeeen peda. Tenía ella toda la energía de querer amolarnos a todos: "ahorita que empiece el concierto los vamos a empujar y les agandayaremos su lugar", era su intención. Cuando me la dijo, yo pensé "simón, vas a pasar como Juan por su casa, mija". Posteriormente, cuando iba a empezar el concierto, me quiso agandayar el lugar. Fue chistoso. Le saqué algo así como "no, chava, así no es la vida" y pues se tuvo que amolar. Según entendí, trabajaba en un museo.
Alrededor de las 2120 salió Manu Chao. Realmente no sé qué canciones tocó a ciencia cierta: aquí Emmanuel comenta lo que fue. Yo recordaba que había empezado con "El Hoyo". Señor Matanza según recuerdo, la tocaron sin letras. Lo que sea.
La banda empezó a apretujarse y yo me dejaba llevar por la corriente. Oscilé entre la tercera y la quinta u octava fila a lo largo de todo el concierto.
El concierto duró alrededor de dos horas y media. Salieron creo que dos veces y regresaron dos veces. La banda seguía pidiendo que regresaran y regresaron. En una ocasión, al final sólo regresaron a dar las gracias de nuevo.
En algún momento del concierto, un vato adelante de mí se puso pesado y seguridad lo iba a sacar, pero estaban bien jodidos los elementos de seguridad, eran como de mi estatura y complexión y el mono este estaba alto y medio gordo. No lograron mucho. El borracho se había ensañado con otro vato. Al final, el que pagó el pato del borracho fue su cuate, pues por prudencia de éste, se fueron más atrás de la masa.
Hubo algunos mensajes tirando caca a Bush, como era de esperarse. Algunos mensajes de aliento al zapatismo. Incluso había banda con mantas de apoyo al zapatismo. Me pareció curiosón. Para muchas canciones usó guitarra eléctrica y las aceleraron un poco. El guitarrista que iba también se rifó en el concierto. Yo originalmente había pensado que tocarían hora y media, por aquello de que son europeosy pues al menos tengo entendido que Björk, Daft Punk y creo que Paul van Dyk son marros en ese aspecto. Para mi buenísima sorpresa, no fue así. El tipo es un showman. Sabe que la banda es la que al final oye su música y hasta cierto punto un concierto relativamente barato que dure tanto es un modo de agradecer. Se rifó. Valió la pena completamente.
Al acabar el concierto salí por algo de beber. Compré una fresca. Compré una playera que probablemente me queda demasiado chica y se me ve un poco como tamal malamarrado. Por ende, si no bajo la panza es probable que se la termine regalando a mi hermana, o a mi hijo cuando tenga uno.
Pensé en comprar una taza también, pero realmente no necesito una taza que cante, vuele o haga unas ch--botas. Si no hacían eso, no me explico por qué oscilaban entre los 80 y los 100 varos, lo que en algunos puestos las hacía más caras que las playeras.
Según yo, había acabado con vida tómbola, la memoria me juega chueco.
El hecho de que usara guitarra eléctrica y acelerara el ritmo de las canciones, hizo que no fuera un concierto tranquilo como llegué a pensar que sería. Vamos, las versiones originales no se prestan a empujones o a desmanes como el de aquel día, creo yo. Se prestan más para acostarse en una hamaca y oírlas.
Como he dicho de algún otro conciertos: otro pedo.
La Despedida
Después del agua y los souvenirs, nos fuimos. Ya no había camioncito. Caminamos un rato por la huasteca todos (los que estuvimos en el concierto). Subimos al Kluztermóvil y nos fuimos. En el camino oímos mayormente a la Maldita Vecindad. Pasamos a un oxxo. Ahí nos encontramos a los vecinos de la derecha. Amablemente los saludamos y nos saludaron.
Llegué a mi casa y dormí.
Conciertazo, por todo. Todo aquél que tenga oportunidad, y cuando menos le "opine que Manu Chao canta simpaticón", debe verlo en vivo.
Nota
Un día leí que cuando salió Clandestino en 1998, acá en México se vendieron como cinco mil copias. Yo tuve toda la intención de comprarlo, pero no lo hice, pese a que me llamó mucho la atención la música. Como que comprar discos y oir música es una de esas cosas que postergo.
No sé si a Paco le guste ya el Manu Chao, yo asumo que sí. Cuando salió Clandestino, recuerdo que a él no le gustó la música en ese momento. Quizá él lo niegue rotundamente, pero es algo de lo que estoy tan seguro como que me llamo Rodrigo.
Corrección
Realmente pretendía quitar las líneas que taché, porque los Héroes del Silencio también son europeos y tocaron buen rato. No lo quité sólo porque ya había apagado todo y estaba listo para dormir. Realmente no quise levantarme a corregirlo, sino que pretendía esperarme hasta hoy. Realmente creía que PVD tocaba poco tiempo. Björk y Daft Punk son marros sólo porque sí. Ja.
Ya tiene como 17 días que fui a ver a Manu Chao y no lo había anotado. Pues bien, HE AQUÍ.
El concierto fue el día 28 de septiembre. El 27 fui a casa de Javier Jiménez (también llamado 'El Chiquito', 'El Medallón', 'El Pasas', etc) a comer carne asada. No podía quedarme hasta muy tarde porque había quedado de irme a casa de Emmanuel para ir al concierto. Emmanuel vive lejos. Las carnes estuvieron buenas. Cenamos, platicamos un rato y me fui. Eran no recuerdo si las dos o las tres.
Llegué a mi casa y dormí como piedra.
Por la Carretera
El domingo desperté alrededor de las 13 para perder el tiempo un rato, comer, bañarme e irme a casa de Emmanuel. La idea era llegar a las cuatro porque la entrada al recinto sería a las cinco de la tarde en teoría, y el concierto según empezaría a las 19 hrs. Perdí un poco de tiempo, me bañé, me vestí y como ya no me daba mucho tiempo sólo me preparé un par de quesadillas, las comí y me fui. Me hice alrededor de una hora y media desde que salí de mi casa hasta que llegué a la suya. Llegué a las 1550.
Llegué a casa de Emmanuel y me dijo que nos iríamos después. Creo que cerca de las cinco. "Ni pedo", pensé. Ahí anduve pasando el rato. Comí de nuevo. Doña Emmanuel (no recuerdo/sé su nombre) me invitó a comer una torta y camarones. En teoría la torta creo que era para que nos la lleváramos, pero la señora debió notar que no nos iríamos tan rápido. Todo estuvo bueno.
Salimos. Pasamos por Mónica y Adriana y comenzamos el camino a la Huasteca. La avenida que tomamos se me hizo chida. Era más bien una carretera un poco en los cerros, creo. Me recordó un poco a la carretera libre a Orizaba (desde Córdoba).
El Dorado
Llegamos a la Huasteca. Me dieron ganas de orinar poco antes de llegar. Yo sabía a ciencia cierta que no debía tomar mucha agua en casa de Emmanuel, pero tenía sed. Vimos la fila. Asumimos que aún no dejaban pasar. Me preocupé por la larguísima fila, obviamente no tanto por la fila, sino porque con el viento que había mis ganas incrementaban.
La fila avanzaba leeeeeen ta mennnn t e
y no lo hacía de modo constante. Se paraba seguido. Entre bromas me decían que orinara en la llanta de un volteo que estaba por ahí, o que "el niño ese está orinando en el muro, podrías hacer lo mismo". Pensé una y mil veces tocar la puerta de algún vecino de ahí para que me prestara el baño.
Cuando ya era un poco insoportable, me animé a ir a tocar un timbre. Para mi buena suerte, en una de las casas había banda festejando algo y chupando en el patio del frente. Toqué la reja y amablemente les pedí el baño. Un don me dijo algún equivalente a "Claro, claro, pásale, está allá atrás. Sigue por aquel pasillo." Pasé al baño. Limpio. Me lavé las manos. Saliendo le dije al don que se iría al cielo. Ja. Agradecí y me fui. No mucho después, una chica que parecía estar más atrás de nosotros siguió mi ejemplo. A partir de entonces el avance en la fila sólo me pareció lento y no desesperante.
Tras otro rato, tocó nuestro turno de pasar. La fila avanzaba lento porque al entrar al parque, una camionetita transportaba alrededor de veinte personas al lugar preciso donde sería el concierto. Nos llevó.
King of the Bongo
Llegamos y notamos que la banda no estaba aperrada, de modo que fuimos lo más al frente que pudimos. En ese punto yo estaba en la tercera/segunda fila.
Pasó un rato, pasaron dos ratos, y finalmente salió "Zona Ganjah". Bastante chistoso. Un monito no mucho más alto que el vato chaparro del salón de clases, flaco flaco y con rastas. Se le oía la voz jodidona, pero igual su canción estuvo chistosa. Era sobre que le gusta quemar mota. No recuerdo las otras dos.
La canción inspiró a mis vecinos de la izquierda y a los de la derecha. Creo que los de la izquierda ya habían empezado a quemarle las patas al diablo. Por cierto, hace poco vi de dónde me parecía conocida mi vecina de la izquierda: vende pulseritas y pósters en el centro.
Después salió un grupo cuyo bajista es el Toy, que fue parte de Control Machete: "Sonidero Nacional". Cumbia rap. Estuvo simpático. Agradable. Quizá sólo estaba de sobra el integrante vestido como rapero "por defecto" y que me sonó un poco más como reggaetonero porque hacía ese acento latino-rap tan socorrido entre esa banda. En fin, buen grupo, pero la bandera quería oir a Manu Chao, que a eso fuimos. Les abuchearon un poco. Ojetes.
En algún momento de la espera, llegó una gordita bieeeeeeeeeeeeeeeeeen peda. Tenía ella toda la energía de querer amolarnos a todos: "ahorita que empiece el concierto los vamos a empujar y les agandayaremos su lugar", era su intención. Cuando me la dijo, yo pensé "simón, vas a pasar como Juan por su casa, mija". Posteriormente, cuando iba a empezar el concierto, me quiso agandayar el lugar. Fue chistoso. Le saqué algo así como "no, chava, así no es la vida" y pues se tuvo que amolar. Según entendí, trabajaba en un museo.
Alrededor de las 2120 salió Manu Chao. Realmente no sé qué canciones tocó a ciencia cierta: aquí Emmanuel comenta lo que fue. Yo recordaba que había empezado con "El Hoyo". Señor Matanza según recuerdo, la tocaron sin letras. Lo que sea.
La banda empezó a apretujarse y yo me dejaba llevar por la corriente. Oscilé entre la tercera y la quinta u octava fila a lo largo de todo el concierto.
El concierto duró alrededor de dos horas y media. Salieron creo que dos veces y regresaron dos veces. La banda seguía pidiendo que regresaran y regresaron. En una ocasión, al final sólo regresaron a dar las gracias de nuevo.
En algún momento del concierto, un vato adelante de mí se puso pesado y seguridad lo iba a sacar, pero estaban bien jodidos los elementos de seguridad, eran como de mi estatura y complexión y el mono este estaba alto y medio gordo. No lograron mucho. El borracho se había ensañado con otro vato. Al final, el que pagó el pato del borracho fue su cuate, pues por prudencia de éste, se fueron más atrás de la masa.
Hubo algunos mensajes tirando caca a Bush, como era de esperarse. Algunos mensajes de aliento al zapatismo. Incluso había banda con mantas de apoyo al zapatismo. Me pareció curiosón. Para muchas canciones usó guitarra eléctrica y las aceleraron un poco. El guitarrista que iba también se rifó en el concierto. Yo originalmente había pensado que tocarían hora y media, por aquello de que son europeos
Al acabar el concierto salí por algo de beber. Compré una fresca. Compré una playera que probablemente me queda demasiado chica y se me ve un poco como tamal malamarrado. Por ende, si no bajo la panza es probable que se la termine regalando a mi hermana, o a mi hijo cuando tenga uno.
Pensé en comprar una taza también, pero realmente no necesito una taza que cante, vuele o haga unas ch--botas. Si no hacían eso, no me explico por qué oscilaban entre los 80 y los 100 varos, lo que en algunos puestos las hacía más caras que las playeras.
Según yo, había acabado con vida tómbola, la memoria me juega chueco.
El hecho de que usara guitarra eléctrica y acelerara el ritmo de las canciones, hizo que no fuera un concierto tranquilo como llegué a pensar que sería. Vamos, las versiones originales no se prestan a empujones o a desmanes como el de aquel día, creo yo. Se prestan más para acostarse en una hamaca y oírlas.
Como he dicho de algún otro conciertos: otro pedo.
La Despedida
Después del agua y los souvenirs, nos fuimos. Ya no había camioncito. Caminamos un rato por la huasteca todos (los que estuvimos en el concierto). Subimos al Kluztermóvil y nos fuimos. En el camino oímos mayormente a la Maldita Vecindad. Pasamos a un oxxo. Ahí nos encontramos a los vecinos de la derecha. Amablemente los saludamos y nos saludaron.
Llegué a mi casa y dormí.
Conciertazo, por todo. Todo aquél que tenga oportunidad, y cuando menos le "opine que Manu Chao canta simpaticón", debe verlo en vivo.
Nota
Un día leí que cuando salió Clandestino en 1998, acá en México se vendieron como cinco mil copias. Yo tuve toda la intención de comprarlo, pero no lo hice, pese a que me llamó mucho la atención la música. Como que comprar discos y oir música es una de esas cosas que postergo.
No sé si a Paco le guste ya el Manu Chao, yo asumo que sí. Cuando salió Clandestino, recuerdo que a él no le gustó la música en ese momento. Quizá él lo niegue rotundamente, pero es algo de lo que estoy tan seguro como que me llamo Rodrigo.
Corrección
Realmente pretendía quitar las líneas que taché, porque los Héroes del Silencio también son europeos y tocaron buen rato. No lo quité sólo porque ya había apagado todo y estaba listo para dormir. Realmente no quise levantarme a corregirlo, sino que pretendía esperarme hasta hoy. Realmente creía que PVD tocaba poco tiempo. Björk y Daft Punk son marros sólo porque sí. Ja.
Etiquetas: Conciertos
2 Comments:
At 15/10/08 2:35 a.m., medinarrior said…
Nel, la verga, he estado en varios gigs de Paul van Dyk y no por ser alemán es marro tocando hora y media... en los que he estado, dos en México, uno en Cancún, el cabrón se echa todaaa la noche, igual Tiësto, quien últimamente ha estado "enviando" sus audífonos al publico.
No sé que sea más marro, si 2 horas y media o 6 horas... explicame eso...
At 15/10/08 11:16 a.m., Pac Morshoil said…
Sí... hasta me enojó un poco; yo por esa época estaba apenas conociendo a Mano Negra, y Clandestino era un disco mucho más intimista y mucho menos desmadroso --vamos, para armar el slam, que por esa época era lo que jalaba--.
Lo redescubrí en la universidad y, como muchas otras cosas, aprendí a disfrutarlo. Llegó a convertirse en uno de mis discos preferidos.
Sí. Me gusta mucho lo que ha hecho Manu Chao, aunque de repente me gustaría que no se repitiera tanto a sí mismo.
Llevaba rato esperando este post, jaja.
Saludos y abrazo.
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