El Congreso

Pues ya acabó el congreso. Fui organizador y Salí en la foto, a diferencia del año pasado. Salió bien después de todo. Yo entré a cuatro conferencias.

Es raro ver que yo, que entré bajo el régimen de rémora, con el único interés de conseguir el papelito al colaborar para dejar listas las computadoras del concurso, estaba más comprometido que varios que según entraban por amor e interés al congreso. Es gente que hacía las cosas fuera de tiempo, mal, o que se la pasaban cachando mocos en la puerta del gimnasio o en cualquier otro lado. Cómo me molestó cuando fui a pedir ayuda a unos vatos (hombres y mujeres) que estaban sentados en la puerta del gimnasio y les valió madre. Sólo uno me acompañó. En teoría éramos 100 organizadores. Debemos haber colaborado 50, 30 o menos. Eso es horrible.

Salió el congreso y salió bien. Admito que no fui una rémora. Que hice mucho más que otros. Me molesta saber que hay quien no hizo nada que tendrá el mismo mérito que yo. Fabiola Barreda (o Barrera) comentaba en la última junta que hubo, al terminar el segundo día, que no era necesario quitarles el reconocimiento (a quienes no trabajaron) en respuesta a una propuesta mía, que bastaría con una junta y una llamada de atención. Me parece ridículo. El que no hizo nada y no se le haga nada, hará lo mismo el año que viene y el que sigue y el que sigue ...