Memorias Escolares 2
Creo que acá no tuve muchas jornadas realmente heroicas. Llevé materias terminales y tópicos. Recuerdo sólo haber hecho trabajos en equipo en sistemas inteligentes, en verificación, en ingeniería de requerimientos y en proyecto integrador.
Quizá lo más pesado fueron las ocasiones de traductores pues lo dejé al final y pues eso no es chido. El Javerín me ayudó en el último punto y ya. Salió. En proyecto integrador trabajamos ordenadamente o de modo (más o menos) organizado y siguiendo los lineamientos del curso, que permitió que aunque entregamos algo relativamente incompleto, por el trabajo y las evidencias no se podía decir nada muy malo. Ayudar en traductores mientras pude quizá fue también algo memorable. Al final ya sólo me la pasaba bien, porque en parte ya no me acordaba y en parte había cosas que yo no hice porque no eran requisitos específicos. Ja.
Quizá recordaré en el futuro los días previos a mi examen final de Evaluación de Proyectos, y el día del examen con más gusto o más desprecio. Dependerá de mi humor, supongo. Creo que sólo para los finales de sistemas inteligentes y quizá traductores había estudiado tanto como lo hice, quizá hasta un poco menos, además que para evaluación fue de modo ordenado. Lo consideré el examen más complicado a este punto, no tanto porque fuera a estar muy difícil (que no creo que lo haya estado) sino por lo que envolvía: era la única materia en que existía alguna breve posibilidad de no armarla y pues todo lo que acarrearía no armarla. Al final nos dieron la opción de exentar. A las 2:45 del viernes 9 de mayo de 2007 yo me daba por graduado. Fue una sensación extraña, me sentí medio vacío por el espacio que dejé de ocupar, ¿qué haría con ese tiempo?, ¿fue correcto firmar la exención? El tiempo lo usé para ir al cine. La exención no lo es desde mi lado ambicioso, pero desde el racional, lo es: esa calificación no afectó en lo más mínimo en mi puntaje final de la carrera, representaba +/-0.09/100, la cuestión era quizá que quería ver cuánto había funcionado mi estudio. Lo mejor fue dejar de pensar en eso. Saliendo quería hablar con alguien, había sido como una explosión rara. Llamé a un cuate, pero estaba en una presentación final. Entonces decidí irme a la biblioteca escolar a sentarme y dejar que la paz llegara sola. Me senté a ver el techo en un comodísimo mueble morado, en ese lapso vi a una amiga/conocida y acordé ir al cine con ella. Me encontré después a un cuate y me puse a platicar largo rato con él.
Me fui al cine. Ese día se va a guardar en mi memoria mucho tiempo. Ese día me gradué. Aún me quedaban dos materias, pero por aquellas no había problema.
También de acá recordaré quizá mi clase de valores y a mi equipo, a quienes dudo ver de nuevo en el futuro y las pocas veces que nos reunimos a hacer los trabajos. La ida al orfanato igual estará en el futuro.
De ingeniería de requerimientos quizá recuerde mis prácticas. En aquellas mi compañera de equipo habrá conocido mi extraña e indisciplinada manera de trabajar: la cuestión es hacer que la rata ande. Simplemente había días en que como suele pasar, nada más no salían las cosas como por falta de ganas, hasta que en una de esas algo detonaba el trabajo y la verborrea salía automáticamente, y por ende la actividad.
Quizá lo más pesado fueron las ocasiones de traductores pues lo dejé al final y pues eso no es chido. El Javerín me ayudó en el último punto y ya. Salió. En proyecto integrador trabajamos ordenadamente o de modo (más o menos) organizado y siguiendo los lineamientos del curso, que permitió que aunque entregamos algo relativamente incompleto, por el trabajo y las evidencias no se podía decir nada muy malo. Ayudar en traductores mientras pude quizá fue también algo memorable. Al final ya sólo me la pasaba bien, porque en parte ya no me acordaba y en parte había cosas que yo no hice porque no eran requisitos específicos. Ja.
Quizá recordaré en el futuro los días previos a mi examen final de Evaluación de Proyectos, y el día del examen con más gusto o más desprecio. Dependerá de mi humor, supongo. Creo que sólo para los finales de sistemas inteligentes y quizá traductores había estudiado tanto como lo hice, quizá hasta un poco menos, además que para evaluación fue de modo ordenado. Lo consideré el examen más complicado a este punto, no tanto porque fuera a estar muy difícil (que no creo que lo haya estado) sino por lo que envolvía: era la única materia en que existía alguna breve posibilidad de no armarla y pues todo lo que acarrearía no armarla. Al final nos dieron la opción de exentar. A las 2:45 del viernes 9 de mayo de 2007 yo me daba por graduado. Fue una sensación extraña, me sentí medio vacío por el espacio que dejé de ocupar, ¿qué haría con ese tiempo?, ¿fue correcto firmar la exención? El tiempo lo usé para ir al cine. La exención no lo es desde mi lado ambicioso, pero desde el racional, lo es: esa calificación no afectó en lo más mínimo en mi puntaje final de la carrera, representaba +/-0.09/100, la cuestión era quizá que quería ver cuánto había funcionado mi estudio. Lo mejor fue dejar de pensar en eso. Saliendo quería hablar con alguien, había sido como una explosión rara. Llamé a un cuate, pero estaba en una presentación final. Entonces decidí irme a la biblioteca escolar a sentarme y dejar que la paz llegara sola. Me senté a ver el techo en un comodísimo mueble morado, en ese lapso vi a una amiga/conocida y acordé ir al cine con ella. Me encontré después a un cuate y me puse a platicar largo rato con él.
Me fui al cine. Ese día se va a guardar en mi memoria mucho tiempo. Ese día me gradué. Aún me quedaban dos materias, pero por aquellas no había problema.
También de acá recordaré quizá mi clase de valores y a mi equipo, a quienes dudo ver de nuevo en el futuro y las pocas veces que nos reunimos a hacer los trabajos. La ida al orfanato igual estará en el futuro.
De ingeniería de requerimientos quizá recuerde mis prácticas. En aquellas mi compañera de equipo habrá conocido mi extraña e indisciplinada manera de trabajar: la cuestión es hacer que la rata ande. Simplemente había días en que como suele pasar, nada más no salían las cosas como por falta de ganas, hasta que en una de esas algo detonaba el trabajo y la verborrea salía automáticamente, y por ende la actividad.
1 Comments:
At 24/5/08 7:46 p.m., Kluzter Benavides said…
tssss integra'orr.. y qué me dices del cenevalazo...
igual me corresponde agradecerte todo el apoyo en traductoress... así como el jinete que da espuelazos pa' que uno le meta prisa al paso... ;)
gracias... ¡totales!
Aún faltan unos eventillos y la entrega con matraca... we will be giants!!!
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