Determinante

De un tiempo a la fecha todos sabrán de mis incomodidades. Es aquí donde hoy he cerrado de nuevo mi cabeza y me he puesto a pensar si en realidad todo merece más de una oportunidad grandota. Este es tiempo de reflexión. Puse la línea en diciembre, pero ¿en realidad quiero que sea hasta allá o es sólo por comodidad que la puse allá?, ¿por qué no hacer lo que supuestamente debo hacer antes de tal tiempo. El deber a veces es relativo, mi elección fue que debiera, y aún así no lo he hecho, mejor que si sólo hubiera querido. En tal caso estaría un poco peor.

Viendo los números, fríos siempre, mi tirada no es muy alta a este paso. Incluso ya me ha empezado a comer la desidia, de fauces terribles que torturan suave e imperceptiblemente y al final no sólo han dejado una herida, sino que la herida es imborrable, porque la desidia se hermana con el tiempo y el tiempo...no tengo que decir nada del tiempo, muchos lo han dicho antes.

De repente repican en mi cabeza los dichos de motivadores baratos hablando de salarios, incrementos, etc y ofreciendo la oportunidad de la vida. Jamás he visto uno en vivo, pero me han contado. La oportunidad de la vida está en las manos de todos, pero hemos de ser muy distraídos, o muy dóciles ante las circunstancias para llegar a aquellos puntos donde nos sentimos maniatados y jodidos en algún aspecto.

A dar la segunda oportunidad con mi voluntad y tiempo como tipo de cambio, no tienes muchas opciones después de que la desidia te ha comido la mitad del brazo.