Sin título 1
No se me ocurrió título alguno que no hubiera usado ya.
Ha sido una semana cansada. El fin de semana cuidé (si se le puede decir así) a Román, el perro del Barbas. Es una labor difícil cuando se vive solo. El sábado me desperté tarde y aún tenía que ir al supermercado. Ni pedo, fui. Recibí un mensaje en que Rubén me informaba que le había dado de comer. Me sentí tranquilo. Llegué a casa del Barbas y le di de comer a Román (Rubén comentó que le había dado poco, el pobre no había desayunado y por ello decidí darle más; de cualquier manera no se lo comió). A las seis acudí a la cita en la escuela. Según teníamos que ir a probar el equipo que usaríamos en el concurso. Salimos tarde. Me fui a dormir.
Me desperté temprano y fui a mi casa a bañarme. Fui a la Gasolinera, donde había quedado de verme con Javier (quien, junto con el duro y conmigo, formábamos el equipo). Empezamos a las diez. Salimos a las dos y cacho. Nos fue en lo que yo creo era el promedio (dos problemas resueltos). Hubiéramos resuelto más de no ser por los putos errores en la redacción, uno más. Con suerte y mucha memoria hubiéramos resuelto un cuarto problema. Yo resolví uno. Entre Javier y el Duro resolvieron el otro que entregamos. Tardamos un ratote en este último. No nos aceptaban la respuesta. Tras muchas preguntas e intentos, se nos dijo que estaba mal el ejemplo. Fue odioso, nos lo dijeron a un rato de terminar el concurso. Nos paramos y comimos de la gorra que había. Fuimos a comer a los treinta. Comí una tampiqueña, estaba rica, pero esperaba más. Viva la Gorra.
Del concurso, puedo decir que Oscar, un yucateco conocido que asistió a la sede CCV, me decepcionó un poco. Yo esperaba que ganaran. Nosotros resolvimos 2, ellos sólo uno.
La semana ha sido igual que las demás, con la variante del chocolate caliente que se preparó en mi casa el martes 1. Tomamos chocolate y comimos pan de muerto, pan que me acabé ayer en la noche (sobró uno entero el martes, estuve desayunando y cenando eso hasta acabármelo). Asistieron Moya, el Barbas, Pancho, Azucena, el Peludito y Lino.
Hoy me molestó mi clase de probabilidad. Una vez más, la maestra repitió un tema ya antes visto en clase. Esto porque la bola de huevones de los ñoños (contradictorio: ñoños huevones, quizá sólo sean tontos) no entendió o no quiso hacer la tarea. Otro tema de retraso. Creo que hubiera podido salirme. Cuestión de respeto, no me salí.
Ha sido una semana cansada. El fin de semana cuidé (si se le puede decir así) a Román, el perro del Barbas. Es una labor difícil cuando se vive solo. El sábado me desperté tarde y aún tenía que ir al supermercado. Ni pedo, fui. Recibí un mensaje en que Rubén me informaba que le había dado de comer. Me sentí tranquilo. Llegué a casa del Barbas y le di de comer a Román (Rubén comentó que le había dado poco, el pobre no había desayunado y por ello decidí darle más; de cualquier manera no se lo comió). A las seis acudí a la cita en la escuela. Según teníamos que ir a probar el equipo que usaríamos en el concurso. Salimos tarde. Me fui a dormir.
Me desperté temprano y fui a mi casa a bañarme. Fui a la Gasolinera, donde había quedado de verme con Javier (quien, junto con el duro y conmigo, formábamos el equipo). Empezamos a las diez. Salimos a las dos y cacho. Nos fue en lo que yo creo era el promedio (dos problemas resueltos). Hubiéramos resuelto más de no ser por los putos errores en la redacción, uno más. Con suerte y mucha memoria hubiéramos resuelto un cuarto problema. Yo resolví uno. Entre Javier y el Duro resolvieron el otro que entregamos. Tardamos un ratote en este último. No nos aceptaban la respuesta. Tras muchas preguntas e intentos, se nos dijo que estaba mal el ejemplo. Fue odioso, nos lo dijeron a un rato de terminar el concurso. Nos paramos y comimos de la gorra que había. Fuimos a comer a los treinta. Comí una tampiqueña, estaba rica, pero esperaba más. Viva la Gorra.
Del concurso, puedo decir que Oscar, un yucateco conocido que asistió a la sede CCV, me decepcionó un poco. Yo esperaba que ganaran. Nosotros resolvimos 2, ellos sólo uno.
La semana ha sido igual que las demás, con la variante del chocolate caliente que se preparó en mi casa el martes 1. Tomamos chocolate y comimos pan de muerto, pan que me acabé ayer en la noche (sobró uno entero el martes, estuve desayunando y cenando eso hasta acabármelo). Asistieron Moya, el Barbas, Pancho, Azucena, el Peludito y Lino.
Hoy me molestó mi clase de probabilidad. Una vez más, la maestra repitió un tema ya antes visto en clase. Esto porque la bola de huevones de los ñoños (contradictorio: ñoños huevones, quizá sólo sean tontos) no entendió o no quiso hacer la tarea. Otro tema de retraso. Creo que hubiera podido salirme. Cuestión de respeto, no me salí.
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