No Siempre Funciona Salir con las Llaves
Sí, en dos días dos cosas similares. Ahora fue hoy en la madrugada que llegué a dormir a casa del barbas. Llegué con ganas de pasar al baño. Abrí la reja y metí la llave en la puerta. Primera vuelta: quité parte del seguro. Segunda vuelta: quité la segunda parte del seguro. Tercera vuelta: ... ¿Cuarta vuelta?: ... ¿Quinta vuelta? ... "Carajo está barrida la puta cerradura". A las cuatro y media de la mañana afuera de la casa. Le moví a la cerradura para ver si abría. Todo fue en vano, la cerradura ya no servía. Entonces pensé que lo que había pensado desde hace mucho y que había discutido con el niño en casa de Paola no siempre era verdad (aquello que cuando va a pasar algo, bueno, malo o malo que se soluciona por el mismo flujo de acciones), pues de repente hay casualidades o eventos espontáneos imprevisibles. Ahora pienso diferente, pues si el Barbas hubiera pintado el mastique del vidrio las cosas hubieran sido diferentes. Igual hubieran sido diferentes si la llave no hubiera funcionado en las dos primeras vueltas.
Tras ese pensamiento, recordé que antes de irme había notado que el mastique estaba suave, así que comencé a empujar el vidrio y éste fue cediendo. Dejé el vidrio lo suficientemente abierto para que pasara mi mano (que no llegó) y metí un palito que había cortado la noche anterior. Empujé el pasador y entré. Quité el vidrio, lo guardé, cerré con llave y me puse a limpiar el cuarto de Román. Me acosté más o menos a las cinco y media. Dormí. Me levanté, desayuné y le di de comer a Román. Me volví a dormir. Me levanté y puse de nuevo la cerradura y el vidrio (lo puse medio mal, pero me urgía salir a hacer mi tarea y buscar mi comida). Salí y vine al internet.
Por cierto, en la página de St. Mulligan (la página que sale en la publicación de ayer) he sido completamente eliminado, ahora el octavo lugar tiene como cuarenta y algo golpes. Putos viciosos.
Tras ese pensamiento, recordé que antes de irme había notado que el mastique estaba suave, así que comencé a empujar el vidrio y éste fue cediendo. Dejé el vidrio lo suficientemente abierto para que pasara mi mano (que no llegó) y metí un palito que había cortado la noche anterior. Empujé el pasador y entré. Quité el vidrio, lo guardé, cerré con llave y me puse a limpiar el cuarto de Román. Me acosté más o menos a las cinco y media. Dormí. Me levanté, desayuné y le di de comer a Román. Me volví a dormir. Me levanté y puse de nuevo la cerradura y el vidrio (lo puse medio mal, pero me urgía salir a hacer mi tarea y buscar mi comida). Salí y vine al internet.
Por cierto, en la página de St. Mulligan (la página que sale en la publicación de ayer) he sido completamente eliminado, ahora el octavo lugar tiene como cuarenta y algo golpes. Putos viciosos.
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