Mi vida errante

cha cháaaan

viernes, febrero 10, 2006

Algo tarde

Pues en esta semana recibí una noticia desagradable sobre una persona a quien respeto bastante. Quizá este texto debí escribirlo hace mes y medio, cuando me enteré de que ya no lo encontraríamos en la escuela a nuestro regreso. Sí, en el momento fue como un balde de agua fría, y la de ahora no se queda atrás. Creo que la decisión tomada en aquel tiempo fue absurda. Creo que fue uno de los peores tropiezos que pudieron tener, la decisión fue tomada como una ofensa hacia el gremio; pero fue tomada y era irreversible. Tan irreversible, que ahora la finiquitaron.
En una plática que tuve hace poco, quien platicaba conmigo me comentó que "no sentía alma mater" de nuestra parte. Es cierto. Creo que yo soy de las pocas personas que tienen algo cercano a ese sentimiento de "alma mater" hacia mi escuela, y créaseme: es poca o nula y lo explico más adelante.
Del sentimiento de Alma mater, yo creo que no lo tengo por la escuela o lo que me da, sino por la gente. La persona afectada era quizá una de las razones que más me arraigaban a este lugar.
Arraigo. Arraigo hacia un lugar es para mí un lazo hacia el lugar. El zorro decía que domesticar "es crear lazos", creo que el lazo creado es el arraigo. Me domesticó la región. Ahora, el arraigo hacia mi escuela era en gran parte hacia esta persona. Es y será como nuestro "dador de conocimiento", que es como lo vemos. Sí, tenía métodos poco tradicionales de enseñanza, pero también es cierto que eran métodos que te permitían crecer y no achicarte. Funcionaba bastante como la teoría habla de los jefes que puede tener uno en una empresa. Había que entregarle y ya, cómo lo hiciéramos, no importaba... ahí estaba el plazo y había que hacerlo.
Quizá el alma mater nos lo daba El Profesor. Ahora, sin El Profesor, no siento el lazo hacia la institución. Él era parte de la institución y, probablemente por eso, existía el arraigo hacia ella. Es como un puente que une dos ciudades. Si se rompe el puente, están separadas. El río las separa.
Del arraigo con la gente, si el puente se rompe, puedo ir hacia las ciudades de mi lado del río.
Así es, no más Compara y Contrasta aquí ni en ningún otro brazo de la institución.

Típicamente, ¡listo?, ¡ya quedó?, oke, el plumón giratorio y las manos sacudidas quedarán sólo como simples recuerdos para nosotros. Todas esas cosas que típicamente veíamos nuestras clases.

Gracias Manolo.

2 Comments:

  • At 2/3/06 1:33 p.m., Blogger Pac Morshoil said…

    Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

     
  • At 2/3/06 1:38 p.m., Blogger Pac Morshoil said…

    Vaya, hermano... este texto es muy bueno. Yo apenas conocí a tu ticher Manolo de lejos, y de las veces que me platicabas de él, y sí se siente bien fuerte la lectura. Ojalá hayas tenido chance de decírselo en persona.

     

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