Hermoso Día en Córdoba

Pues bien, hoy es viernes 17 de junio, tiene un mes que salì de vacaciones y sigo "varado" en Córdoba. Mi idea era irme hoy a Veracruz, pero el famoso prángana (quien tiene mi computadora para reparar) no abriò hoy. Todo apuntaba a que serìa un buen dìa hoy, amaneciò soleado (los dìas lluviosos o nublados no me gustan porque en ellos no me dan ganas de hacer nada, un ejemplo claro fue el dìa de ayer jueves, en que me despertè y estuve todo el dìa pensando en que tenìa que hacer mi maleta para Villahermosa y llevar mi ropa a la lavanderìa. Llevé mi ropa a la lavandería a una hora razonable, sin embargo no fue sino hasta las once de la noche en que finalmente me decidí a hacer mi maleta), fui a desayunar con una amiga a "Antojitos Doña Chepis" me atasqué ocho tortillas gruesas de masa con salsa, frijoles y ya bistec, chicharrón o longaniza (conocidas como picadas, sin embargo no faltaría el puto marrano que malpensara de "me atasqué ocho picadas") y pues en la radio mencionaron que "Hoy sería un día maravilloso" por las condiciones del tiempo, de hecho yo bromeé sobre el hecho de que tendría que irme y perderme el día maravilloso y pues valió gorro, pues parece que me quedaré, debido a que, saliendo de los antojitos me dirigí al centro de la ciudad a ver al prángana y me encontré con la sorpresa de que el ojete no había abierto su negocio. Sí, molesto, sí, frustrado y sí, con unas ganas impresionantes de acudir a un mingitorio a desalojar toda el agua que ingerí en la mañana, me metí a un establecimiento de internet al lado del cuartel del prángana esperando que hubiera un baño y aprovechando para ver si alguien se habìa dignado informarme sobre lo que había pasado con BREW, grande fue mi preocupación al ver que no había baño (lo de brew no me urgía) y entonces fui a mi hogar, donde me quedé dormido tras firmar la entrada. Como a las dos de la tarde me levanté y me dirigí a ver al hombre de las cartillas. Fui y me la entregó. Sí, el día hubiera sido del todo bueno si el ojete hubiera abierto su negocio, pero no fue así, a ver dónde como.

Pues sí, es un hermoso día, es bonito, soleado no hay frío, calor ni rastro alguno de una posible tormenta, pero yo sigo estancado en la ciudad de los treinta caballeros. Probablemente me regrese a mi casa a leer "El Otoño del Patriarca", que lo agarré hace como dos días, pero que voy a terminar sólo por saber que no lo dejé empezado, pues ese cabrón de García Márquez no me divierte del todo.

Ojalá el puto prángana abra mañana.